Dinamarca es reconocido a nivel mundial como un país a la vanguardia en lo que atañe al aprovechamiento de la tecnología para hacer la vida diaria un poco más fácil. Todo tipo de trámites tradicionalmente asociados con un lento proceso burocrático, desde la presentación de impuestos hasta la obtención de certificados de defunción, pueden realizarse de forma rápida y completamente online en el país europeo.
Sin ir más lejos, más del 90 por ciento de sus ciudadanos entre 16 y 89 años puede utilizar una cédula de identificación digital que les permite acceder a sus archivos personales o comunicarse con las distintas oficinas gubernamentales, lo que hace que Dinamarca sea visto como uno de los países más digitalizados del mundo.
Inclusive el divorcio, uno de los procesos más costosos y engorrosos que cualquier persona puede encarar independientemente de su lugar de residencia, puede ser resuelto en Dinamarca con solo completar un formulario online y realizar el pago equivalente a USD 60 por gastos administrativos.
Pero una de las tasas de divorcio más elevadas de toda Europa ha hecho que las autoridades se replanteen las condiciones de juego a la hora de dar por terminado legalmente un matrimonio. Las nuevas condiciones entrarán en efecto recién en 2019, pero la noticia ya se ha vuelto tema de debate nacional en el país escandinavo.
La propuesta sugiere que las parejas con niños se tomen lo que han catalogado como un "período de reflexión" de tres meses, para meditar la decisión y realmente asegurarse que un divorcio sea la mejor opción ante su dilema sentimental. Las autoridades ofrecerán sesiones de terapia conyugal gratuitas, con el objetivo fundamental de preservar el bienestar de los hijos, quienes también podrán recibir asesoramiento psicológico.
Paralelamente, un curso obligatorio sobre los desafíos que conlleva un divorcio estará disponible de forma online o a través de una aplicación para teléfonos inteligentes. La tecnología no reemplazará las consultas con especialistas cara a cara, sino que servirá como un complemento, dado que, según las estadísticas, el 80 por ciento de los divorcios presenta algún elemento de conflicto en Dinamarca.
"Queremos darles espacio para tomar aire y no dejarse llevar por decisiones apresuradas" dijo Mai Mercado, ministro infantil y de asuntos sociales, en diálogo con el periodista danés Martin Selsoe Sorensen, el corresponsal del New York Times basado en Copenhague. "La idea es darle a los padres una oportunidad para que reflexionen".
La ley vigente solo le da a los padres unos días para que decidan todo lo vinculado a los arreglos para el cuidado de los niños, lo que en la mayoría de los casos presiona a los adultos a tomar medidas que luego podrían llegar a verse obligados a replantear.
El divorcio "instantáneo" dinamarqués ha hecho que terminar con un matrimonio sea tan fácil como casarse en Las Vegas. Pero con la tasa de divorcio más alta de toda Europa occidental y casi la mitad de todos los matrimonios que terminan con los cónyuges tomando caminos separados, la medida busca no solo proteger a los más pequeños, sino, también, a la institución del matrimonio.
Las autoridades aclararon que, más allá de lo desalentador de las estadísticas, se contemplarán excepciones a la hora de aplicar a los divorcios acelerados, como en el caso de víctimas de violencia de género o infidelidad. El Gobierno espera que el nuevo sistema le cueste a los contribuyentes alrededor de USD 62 millones hasta el año 2023.