Famoso en todo el país por sus espectaculares mansiones en las afueras de la ciudad de Luliang, en la provincia minera de Shanxi, Zhang Zhongsheng acumuló una enorme fortuna. Formalmente, era el vice alcalde municipal, pero su poder excedía largamente las atribuciones del cargo.
Lo llamaban el "padrino del carbón", ya que era el principal responsable de la aprobación de los proyectos de explotación carbonífera en la ciudad. Su riqueza era particularmente obscena por la extrema pobreza en la que vive buena parte de la región.
La suerte de Zhongsheng cambió en 2014. En el marco de la ofensiva del presidente Xi Jinping contra la corrupción, empezó a ser investigado y fue apartado del cargo.
Este miércoles llegó la primera sentencia en su contra, y fue mucho más dura de lo que esperaba. Un tribunal lo condenó a muerte por haber recibido más de 160 millones de dólares en sobornos, entre 1997 y 2013.
Los jueces expresaron en el fallo su indignación con la "extrema avaricia" demostrada por este hombre de 65 años, que fue funcionario durante cuatro décadas. "Se merece el castigo más severo por las pérdidas que le causó a la Nación y al pueblo", sostuvieron.
Cientos de dirigentes políticos fueron condenados por delitos de corrupción en los últimos años, pero no hay muchos antecedentes de que se les aplique la pena capital. Zhongsheng tiene aún la posibilidad de apelar el fallo ante la Corte Intermedia de Linfen, y luego ante la Corte Suprema de Beijing.
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