El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, afirmó este domingo que los combatientes sirios apoyados por Ankara tomaron el control "total" del centro de la ciudad de Afrin, un bastión kurdo en el noroeste de Siria sobre el cual se lanzó una ofensiva dos meses atrás.
"Unidades del Ejército Libre Sirio (FSA), que cuentan con el apoyo de las fuerzas armadas turcas, tomaron el control total del centro de la ciudad de Afrin esta mañana a las 08:30" (05:30 GMT), declaró Erdogan.
La ciudad de Afrin era el principal objetivo de la ofensiva lanzada el 20 de enero por Turquía contra la milicia kurda Unidades de Protección Popular (YPG) en el distrito del mismo nombre, ubicado en el noroeste de Siria y en la frontera con Turquía.
Ankara considera a las YPG una organización "terrorista" ligada al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que opera dentro de sus fronteras, mientras que Estados Unidos las apoyó y armó para combatir al grupo yihadista Estado Islámico (ISIS, en inglés).
Erdogan afirmó el domingo que "un gran número" de combatientes kurdos huyeron y que unidades de las fuerzas especiales turcas se desplegaron en la ciudad.
Por otro lado un comandante del FSA explicó a la televisión pública turca que las fuerzas del YPG habían abandonado la ciudad en dirección al sur, hacia zonas bajo control del gobierno sirio de Bassar al Assad.
En los últimos tiempos de la ofensiva las tropas kurdas y las del régimen en Damasco, enfrentadas en la guerra civil, habían llegado a un acuerdo para poder hacer frente a la invasión ordenada por Turquía.
Según Erdogan, el Estado Mayor turco afirmó en un comunicado que el centro de la ciudad de Afrin se encuentra "bajo control".
"Las operaciones de búsqueda de minas y otros explosivos continúan", añadió el Estado Mayor.
Según las cifras del ejército turco, 46 soldados turcos murieron desde el lanzamiento de la ofensiva contra Afrin bautizada "Rama de olivo".
"¡Ahora la bandera turca ondea allí! ¡La bandera del FSA ondea allí!", exclamó Erdogan durante una ceremonia de conmemoración de la batalla de los Dardanelos, librada durante la Primera Guerra Mundial.
El presidente también prometió este domingo una pronta reconstrucción de las infraestructuras de Afrin y confió en que los desplazados puedan volver a sus casas pronto.
El Estado Mayor turco publicó en su cuenta de Twitter un vídeo en el que se ve a un soldado colgar una bandera turca en el balcón de un edificio.
El progreso de las fuerzas proturcas provocó en los últimos días un éxodo masivo de civiles, que hace temer un nuevo drama humanitario en un país devastado desde 2011 por una guerra que ha causado más de 350.000 muertos y millones de desplazados y refugiados.
Según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (ODSH), los civiles evacuados por causa de los continuos bombardeos y la inminencia del ataque terrestre turco llegaron a 200.000 civiles desde el pasado viernes.
Desde el inicio de la ofensiva, el pasado 20 de enero, han fallecido al menos 289 civiles, entre ellos 43 menores de edad y 28 mujeres, según el último recuento del ODSH, principalmente en los bombardeos aéreos y de artillería llevados a delante por las fuerzas turcas.
El OSDH asegura asimismo que más 1.500 combatientes kurdos murieron en la ofensiva turca contra el enclave de Afrin y que las tropas invasoras ya controlan el 87% del distrito de Afrin.
La alianza entre Turquía y las milicias opositoras sirias del FSA ya se había dado en 2016 durante la operación "Escudo del Éufrates", cuando ambas fuerzas ingresaron en el territorio de la provincia de Aleppo, al este de Afrin, para expulsar de allí al ISIS y otros grupos rebeldes.
Tanto en aquella operación como en esta, el FSA proveyó de la infantería, mientras que Turquía envió a sus fuerzas acorazadas (tanques y transportes de tropa) y puso a disposición a sus fuerzas especiales y su aviación.
Con información de AFP y EFE
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