En medio del escándalo por el ataque con gas nervioso contra el ex espía ruso Sergei Skripal y su hija, el Reino Unido aseguró que tiene "evidencias" de que Rusia "desarrolló y almacenó" Novichok, el agente usado para envenenar al ex espía ruso, aseguró este domingo el ministro británico de Asuntos Exteriores, Boris Johnson.
En una entrevista con la cadena BBC, afirmó que en los últimos diez años su país ha recabado pruebas que atestiguan que "Rusia no solo ha estado investigando la entrega de agentes nerviosos para los propósitos de asesinato, sino también de que ha estado creando y almacenando Novichok".
El diplomático confirmó además que un grupo de expertos de la Organización Internacional para la Prohibición de Armamento Químico -un organismo regulador- irá mañana lunes hasta Salisbury, la localidad inglesa donde se produjo el ataque, para llevar a cabo pruebas sobre la citada toxina.
Ese componente químico altamente nocivo fue utilizado el pasado día 4 para envenenar a los Skripal, un suceso del que el Gobierno de Theresa May responsabiliza al Kremlin de Vladimir Putin, y que ha desatado una grave crisis política y diplomática entre ambos países.
Johnson aseguró que su país hará "todo lo posible para ayudar a llegar al fondo" del asunto y esclarecer las circunstancias aunque expresó sus dudas de que "tener a investigadores rusos implicados" pudiera ayudar en la pesquisa.
El Reino Unido se encuentra "en el punto de mira del Kremlin" porque es el país que "ha desafiado en repetidas ocasiones" a Rusia.
Otros como Estados Unidos, Alemania, Francia y los Países Bálticos han experimentado en el pasado "interferencias rusas, y comportamiento maligno y perturbador por parte de Rusia", agregó.
"Ven un país que camina en la dirección equivocada y por eso se muestran tan inclinados a no conceder a Rusia el beneficio de la duda y a apoyar al Reino Unido", agregó.
En un artículo divulgado hoy por el dominical británico The Sun on Sunday, Johnson tildó de "inútiles" las medidas detalladas este sábado por Rusia contra Londres, por considerar que "solo castigarán a los ciudadanos rusos".
Se refirió a la expulsión de 23 diplomáticos británicos -acción idéntica a la adoptada previamente por el Ejecutivo de Londres-, así como el cierre del Instituto británico (que promueve lazos culturales entre países) y la retirada del permiso de apertura del Consulado general británico en San Petersburgo.
Con información de EFE
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