El agente tóxico que puso al borde de la muerte al ex espía ruso Serguéi Skripal y a su hija Yulia en el Reino Unido fue colocado en la maleta de la mujer, al parecer, antes de su partida de Moscú.
Esa sería la conclusión a la que llegaron los investigadores británicos, según el Telegraph, que citó fuentes de Inteligencia de alto nivel.
Está bajo investigación la posibilidad de que el agente químico haya sido impregnado en ropa o un objeto del equipaje, que fue abierto en la casa de Salisbury.
Las indiscreciones del Telegraph no aclaran si la hipotética versión de la valija se basa en restos de veneno hallados en concreto o si es una pista ante la falta de señales del arribo a suelo británico de algún "equipo de ejecutores al servicio del Kremlin", algo que, en palabras del diario, se evalúa.
El Telegraph escribe que la Inteligencia estaría en este momento "trabajando sobre la teoría de una posible contaminación de vestidos, cosméticos o cualquier regalo" que Yulia, de 33 años de edad, hubiera llevado consigo desde la capital rusa.
La joven vivía otra vez en Moscú luego de algunos años de residir con sus progenitores en Inglaterra, y viajó a visitar a su padre, de 66 años, un ex coronel de Inteligencia militar rusa que se vendió en los años 90 al MI6 británico que fue condenado en su país y perdonado en 2010, para luego mudarse a territorio inglés, explicó ANSA.
Por otra parte, la policía de Wiltshire informó que se detectaron hasta ahora 131 personas en Salisbury que estuvieron "potencialmente expuestas" a contactos, aun mínimos, con el agente esparcido el 4 de marzo último por los Skripal.
La misma fuente destacó que 46 de estas personas, particularmente alarmadas, se dirigieron desde entonces al Hospital distrital de Salisbury, pero ninguna quedó internada.
El veneno además de afectar a los Skripal enfermó gravemente al detective de policía Nick Bailey, uno de los primeros en asistirlos, que permanece en condiciones "serias", pero consciente y en vías de mejorar.