"No hay ninguna duda" de que el presidente ruso Vladimir Putin es un dictador que continuará en el poder como si fuera por derecho de nacimiento, aseguró el opositor ruso Garry Kasparov en una dura columna sobre las elecciones presidenciales en Rusia de este domingo.
"Llamar a Putin presidente es inexacto en el mejor de los casos y abominable propaganda, en el peor", dijo el célebre ex jugador de ajedrez en una extenso texto titulado "La verdad sobre Putin", publicado en el último número de la revista estadounidense The Weekly Standard.
En la columna, Kasparov vuelve a trazar los 18 años del mandatario ruso en el poder, ubicando como año de quiebre el 2012, cuando Putin fue reelegido presidente "de manera inconstitucional", después de que Dimitri Medvedev "calentara su silla durante cuatro años". Desde entonces, dice Kasparov, no hay duda de que a Putin se lo puede llamar dictador.
En el ajedrez tenemos reglas ciertas y resultados inciertos, mientras que la política rusa funciona exactamente al revés
"Paremos de llamarlas elecciones. Paremos de llamar a Putin presidente. Paren de felicitarlo por sus victorias. Déjenos comenzar la lucha contra las mentiras de Putin con la verdad fundamental sobre lo que realmente es", pide el activista ruso, exiliado en los Estados Unidos desde 2013.
Kasparov —quien fue cercano a Boris Nemtsov, el líder opositor asesinado en 2015, y a Alexéi Navalny— asegura que todo el proceso electoral que se desplegará el domingo es una farsa.
"No hay una verdadera elección", afirma. "En el ajedrez tenemos reglas ciertas y resultados inciertos, mientras que la política rusa funciona exactamente al revés".
Por eso, el resultado de las elecciones se conoce desde hace años: una prueba es el hecho de que el dominio de Internet putin2018.ru fue registrado en 2010, indica Kasparov.
En ajedrez solemos decir que el jugador que tiene la iniciativa es obligado a atacar, de otra manera la iniciativa será perdida y el contraataque será probablemente decisivo. En diciembre de 2011 tuvimos la iniciativa, pero no atacamos. Putin no cometió el mismo error.
El opositor advierte sobre no tomar en serio las candidaturas de Ksenia Sobchak —hija del mentor de Putin, el ex alcalde de San Petersburgo Anatoly Sobchak— o Grigory Yavlinsky: se trata del "decorado de la producción", asegura Kasparov, candidatos ficticios usados por el mandatario ruso para aparentar una competencia democrática.
En la nota no falta lugar para la autocrítica. Kasparov lamenta la falta de valentía de los líderes de la oposición para forzar la salida de Putin durante las multitudinarias protestas de 2011 en contra de la corrupción de las elecciones parlamentarias de 2012.
"Fue nuestra oportunidad para arriesgarlo todo", dice Kasparov. "En ajedrez solemos decir que el jugador que tiene la iniciativa es obligado a atacar, de otra manera la iniciativa será perdida y el contraataque será probablemente decisivo. En diciembre de 2011 tuvimos la iniciativa, pero no atacamos. Putin no cometió el mismo error".
Putin fue recibido en el G7 como un par mientras destruía la democracia y la sociedad civil en su casa
Desde ese momento, según Kasparov, el presidente intensificó la represión contra el disenso y las detenciones. En 2015, Nemtsov fue asesinado mientras caminaba frente al Kremlín.
Pero además, la transformación de Putin en dictador fue, según Kasparov, posibilitada por dos factores.
Por un lado, por la complicidad de Occidente durante largos años. "Putin fue recibido en el G7 como un par mientras destruía la democracia y la sociedad civil en su casa", dice Kasparov.
Por otro, gracias al poderoso aparato de propaganda, que en la versión rusa no consiste tanto en censurar cuanto en inundar los medios de un número infinito de fuentes y opiniones con el objetivo de confundir y ocultar la verdad.
Nunca tomen su libertad por garantizada, y tengan cuidado por quién voten, porque podría ser la última elección que tengan
"La propaganda hoy no es una pared, no es un dique que impide que la información llegue a la gente. Es una inundación que arrastra nuestro pensamiento crítico. El concepto no es promover una narrativa particular o una agenda, sino sembrar la duda y hacer que la gente piense que no es posible conocer la verdad", escribe Kasparov.
Ante el rumbo dictatorial emprendido por Vladimir Putin, según Kasparov, hay una sola solución: sanciones que obliguen a sus aliados a elegir entre él y sus fortunas en el exterior y evitar una "potencial catástrofe en una escala global".
"Putin va a apretar hasta que no sea apretado", dice. "Las sanciones son más efectivas para evitar la guerra que la actual política de apaciguamiento".
Al repasar la historia reciente de Rusia, que pasó en apenas nueve años de celebrar el fin del totalitarismo a elegir a un teniente coronel del KGB que se convertiría en dictador, Kasparov ofrece una inquietante reflexión final: "Nunca tomen su libertad por garantizada, y tengan cuidado por quién voten porque podría ser la última elección que tengan".
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