Hallaron muerto en Londres a otro disidente ruso que recibió asilo político por su enemistad con el Kremlin

Nikolai Glushkov era socio del también fallecido Boris Berezovsky, un magnate que cayó en desgracia con el presidente Vladimir Putin y apareció ahorcado en 2013. El hombre había pasado cinco años en prisión y recibió asilo político en el Reino Unido tras su liberación

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Nikolai Glushkov tenía 68 años
Nikolai Glushkov tenía 68 años

Un exiliado ruso radicado en Londres, socio cercano del fallecido magnate enemistado con el Kremlin Boris Berezovsky, fue hallado muerto este martes, según informó el periódico The Guardian.

El cuerpo sin vida de Nikolai Glushkov, de 68 años, fue descubierto por su familia y amigos en la noche del lunes, indicó uno de sus abogados citados por la publicación.

No había más detalles disponibles de forma inmediata.

Uno de sus amigos, el editor Damian Kudryavtsev, fue el primero en publicar la noticia en su cuenta de Facebook.

En la década de 1990 Glushkov trabajó en la aerolínea estatal Aeroflot y en la compañía automotriz LogoVAZ, propiedad de Berezovsky.

Cuando en 1999 su socio entró en conflicto con Vladimir Putin, entonces una figura ascendente de la política rusa, y se exilió en el Reino Unido, Glushkov fue acusado de lavado de dinero y fraude.

Pasó cinco años en prisión y fue liberado en 2004. En cuanto pudo se radicó en Londres, donde el gobierno británico le otorgó asilo político.

En 2011 dio su testimonio en un juicio entre Berezovsky y Roman Abramovich, otro oligarca ruso que a a diferencia de aquel seguía manteniendo buenos vínculos con el Kremlin.

Glushkov trabajó en la empresa estatal Aeroflot y pasó cinco años en prisión por lavado de dinero y fraude
Glushkov trabajó en la empresa estatal Aeroflot y pasó cinco años en prisión por lavado de dinero y fraude

Berezovsky perdió el juicio y poco tiempo después apareció ahorcado en la casa de su ex mujer en Berkshire, en lo que la policía consideró un suicidio.

Glushkov sostenía que su socio había sido en cambio asesinado y durante un tiempo investigó su muerte y la de otros exiliados rusos que comenzaron a morir en Inglaterra.

Además, Glushkov había sido juzgado nuevamente en Rusia, esta vez sin su presencia en el juicio, en 2017 y por presunta corrupción. Había sido condenado ocho años de prisión.

Aunque frustrado, el caso más reciente de este tipo es el caso del ex espía ruso Sergei Skripal, envenenado hace diez días junto a su hija en el sur de Londres. Ambos siguen internados luchando por sus vidas.

De hecho, esta medianoche vence un ultimátum del gobierno británico para que Moscú aclare su presunta participación en el intento de asesinato.

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