El edificio había colapsado. Una bomba arrojada minutos antes por un avión del régimen sirio le había caído encima. La probabilidad de hallar personas con vida era escasa.
Sin embargo, un grupo de hombres que se acercó escuchó a lo lejos el llanto de un niño. Tras escarbar un poco, dieron con el pequeño sobreviviente.
Con mucho esfuerzo lograron remover los escombros y sacarlo. Estaba herido, pero fuera de peligro.
El ataque del 6 de marzo en la localidad de Erbin dejó un saldo de tres muertos. En toda la región, el número de víctimas ascendió a 19 solo ese 6 de marzo.
La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) sostuvo que cada día mueren 71 sirios y otros 344 resultan heridos en promedio, como resultado de la ofensiva militar contra Guta Oriental, principal bastión opositor en las afueras de Damasco.
El estremecedor cálculo se desprende de que, en las dos primeras semanas de la ofensiva que iniciaron las fuerzas gubernamentales sirias el 18 de febrero, han fallecido 1.005 personas y 4.829 han resultado heridas.
La organización médica independiente se basa en datos recabados en 10 instalaciones médicos a las que MSF apoya con suministros y de otros 10 centros a los que da donaciones médicas de emergencia de sus reservas en Guta Oriental.
"Las cifras revelan una cantidad sin límites de víctimas, en un momento en el que los suministros médicos son extremadamente limitados, las instalaciones médicas han sido bombardeados o impactados por artillería y los médicos están completamente exhaustos", recalcó MSF.
Según esta organización, 15 de los 20 hospitales y clínicas que apoya MSF han sido impactados por bombas o artillería y han sufrido diferentes grados de daños.
(Con información de EFE)
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