La primera ministra británica Theresa May dijo el lunes en el Parlamento que es "muy probable" que Rusia esté tras el atentado con gas nervioso contra un ex espía ruso y le dio hasta el martes para dar explicaciones.
"Es muy probable que Rusia fuera responsable del acto" contra Serguéi Skripal y su hija Yulia, heridos de gravedad en la ciudad de Salisbury con un gas nervioso que, dijo May, es de tipo militar y se fabrica en Rusia.
"Está ahora claro que el señor Skripal y su hija fueron envenenados con un agente nervioso de naturaleza militar de un tipo desarrollado por Rusia. Es parte de un grupo de agentes nerviosos conocidos como Novichok", puntualizó.
Con base en la identificación de la sustancia por parte de "expertos de talla mundial", el Reino Unido ha determinado que "Rusia ha producido con anterioridad ese agente y todavía sería capaz de hacerlo", agregó la primera ministra.
May subrayó que solo hay "dos posibilidades" para explicar el envenenamiento: o bien es "un ataque directo" de Rusia, o bien Moscú "perdió el control" de la sustancia y dejó que cayera en manos inadecuadas, sostuvo.
Ante ello, la jefa de Gobierno anunció que el embajador ruso en el Reino Unido ha sido llamado al Ministerio de Exteriores para aclarar si el envenenamiento de Skripal, antiguo agente del Kremlin que fue captado para trabajar para el MI6 británico, es "una acción directa del Estado ruso".
Tras reunirse esta mañana con los responsables de la policía y las principales agencias de inteligencia del país, May dijo que el suceso no es solo un "intento de asesinato" del doble espía, sino un acto "indiscriminado y temerario contra el Reino Unido que ha puesto las vidas de civiles inocentes en riesgo".
"No toleraremos un intento descarado como esto de asesinar civiles inocentes en nuestro suelo", agregó la primera ministra, quien resaltó el "historial de Rusia en perpetrar asesinatos patrocinados por el Estado"
Rusia calificó de show las acusaciones de May. "Esto es un espectáculo circense en el Parlamento británico. Las conclusiones son claras: una nueva campaña de propaganda informativa basada en provocaciones", dijo María Zajárova, portavoz de la Cancillería rusa.
Skripal, de 66 años, y su hija, de 33, permanecen en estado crítico, aunque estable, desde que el 4 de marzo fueron hallados inconscientes en el banco de un parque en Salisbury, en el sur de Inglaterra.
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