Hacía tiempo que sus hijos le pedían que los lleve al zoológico. Cuando finalmente accedió, el hombre se aseguró de que la experiencia fuera nefasta.
Otro visitante lo captó en un video fumando al lado de su familia, a pesar de que estaba prohibido. Unos segundos después, tomó el cigarrillo y lo arrojó al espacio en el que se encontraba alojado el orangután.
El animal se acercó y tomó el cigarrillo. Tras inspeccionarlo un momento, comenzó a fumarlo. Así estuvo un rato, hasta agotarlo.
El video fue publicado por Marison Guciano, activista por el derecho de los animales, que no sólo cuestionó al padre. También criticó duramente el descontrol generalizado que hay en el Zoológico de Bandung, que ya tiene una denuncia por no alimentar bien a sus animales.
Un portavoz de la institución trató de defenderse excusándose en la falta de presupuesto. "Tenemos un número limitado de cuidadores, que trabajan lo más que pueden. Además, tienen otras funciones, como servir comida y limpiar".
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