11 insólitos países inexistentes que reclaman el reconocimiento mundial

Se los conoce como "micronaciones", porque tienen un territorio delimitado, autoridades designadas, bandera, himno y pasaporte, pero no los reconoce ningún Estado soberano y apenas si son tomados en serio. Cómo viven y qué buscan las personas que los habitan

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Imágenes de 11 de las
Imágenes de 11 de las micronaciones más llamativas del mundo

Stuart Hill estaba por cumplir 60 años cuando se dio cuenta de que no había hecho nada relevante en toda su vida. Entonces decidió emprender una travesía única: circunnavegar las Islas Británicas por su cuenta. Fue un desastre. Naufragó y debió ser rescatado tantas veces que empezó a ser conocido como "Capitán Calamidad".

En una de sus fallidas incursiones, terminó en el archipiélago Shetland, ubicado en el nordeste del Reino Unido. Así conoció a Forewick Holm, un islote de una hectárea que lo cautivó. En 2008 empezó una campaña para declarar la secesión del diminuto territorio. Basándose en supuestos documentos históricos, sostiene que Shetland, que había sido conquistado por los vikingos durante su expansión entre los siglos VIII y XI, nunca fue formalmente cedido a la corona británica.

Hill fundó el Estado Soberano de Forvik y declaró la independencia del Reino Unido en 2011. Haber sido ignorado no fue su mayor problema. Lo que verdaderamente le preocupa es la demanda judicial interpuesta por Mark King, presunto dueño del islote. Hill sostiene que se lo cedió gratuitamente, pero King le retruca que se había comprometido a pagar un monto que nunca abonó.

A pesar de toda la precariedad, Forvik emitió en este tiempo más de 200 certificados de ciudadanía, vendidos por su conquistador por unos 80 dólares. El país expide hasta registro de conducir, aunque no tiene caminos por los que se pueda circular en auto. Hill es su único habitante, y sólo pasa allí parte del tiempo, ya que en la isla no hay ningún tipo de infraestructura.

El caso de Forvik es probablemente el más excéntrico, pero no el único. En el mundo hay decenas de micronaciones, entidades territoriales que un grupo de personas ocupa y proclama como países independientes. A diferencia de los grupos independentistas más grandes y conocidos —que exigen la soberanía, pero no la ejercitan—, actúan como si fueran estados constituidos, aunque nadie los reconozca como tales.

El geógrafo Nick Middleton, profesor del St Anne's College, de Oxford, contó al menos medio centenar de micronaciones en un libro publicado en 2015: Atlas de los países que no existen. Un compendio de 50 estados no reconocidos y ampliamente inadvertidos (Editorial Macmillan).

El registro de conducir de
El registro de conducir de Stuart Hill

El sueño del país propio

"Hay grupos que pretenden establecer microestados y tener la soberanía sobre áreas más grandes por diferentes razones. Puede ser porque históricamente habían gozado de cierta autodeterminación, porque se sienten oprimidos, o porque perdieron la soberanía casi que por un accidente histórico. Otros ven una oportunidad comercial", explicó Middleton en diálogo con Infobae.

Las micronaciones podrían considerarse como una expresión particular del fenómeno general del separatismo. El sociólogo maltés Godfrey Baldacchino, presidente de la Asociación Internacional de Estudios sobre Islas Pequeñas, sostiene que las tendencias secesionistas se pueden clasificar en tres grupos.

"El primero está compuesto por personas que comparten una lengua y una cultura, y que tienen una historia de persecución en manos de un Estado más grande. El segundo son regiones ricas que no quieren compartir sus recursos con miembros más pobres del mismo país. El tercero son regiones que sienten que les puede ir mejor defendiendo sus propios intereses en vez de permitir que un Estado mayor lo haga por ellas", contó Baldacchino a Infobae.

Sin embargo, hay diferencias de peso entre los separatismos más resonantes, como el catalán o el escocés, y las micronaciones. La más importante es que la historia y la identidad nacional de las últimas suele ser más débil. Por eso, los conflictos con los estados de los que se independizan no suelen llegar a confrontaciones violentas.

Gran parte de estos "países inexistentes" son creados por razones más anodinas. En algunos casos, hasta lúdicas. En muchos otros hay una reivindicación verdadera, pero la declaración de la independencia aparece como una respuesta más bien simbólica, sin demasiadas consecuencias prácticas. Eso explica, en parte, que las naciones de las que se separan lo acepten con bastante pasividad.

"La mayoría de los estados reconocidos ignoran estos reclamos, esperando que se esfumen —dijo Middleton—. En general no quieren ser vistos como los que aplastan innecesariamente al 'hombre pequeño'. Algunas veces, esas demandas terminan cediendo. Pero otras, los 'no países' autoproclamados continúan durante décadas, a pesar de su falta de reconocimiento".

Lo interesante es que no todas estas iniciativas son como Forvik. Hay varias que de hecho logran ejercer muchas de las funciones que se esperan del aparato estatal.

"Los gobiernos pueden operar y gobernar a la gente incluso aunque no sean reconocidos. Al Estado Islámico y a Somalilandia no los reconoce nadie. A Taiwán, apenas 20 países. Pero igual tienen una estructura de gobernanza, con una administración propia y con cobro de impuestos. Lo que hace el no reconocimiento es impedirles participar de foros internacionales y de los canales diplomáticos", dijo Baldacchino.

Algunas de las micronaciones más curiosas del mundo

República de Murrawarri

—Superficie: 81.796 km²
—Población: 1.500
—Independencia: 2013
—Capital: Barringun
—Forma de gobierno: República
—Idioma oficial: Inglés y Muruwari
—País legalmente reconocido: Australia

Los habitantes de esta micronación son descendientes de los muruwari, un pueblo aborigen que ocupaba la región que hoy reclaman como propia. El Consejo del Pueblo de Murrawarri, órgano de gobierno del país, argumenta que nunca estuvieron bajo control británico. Por ende, sostienen que tampoco están hoy sometidos a Australia.

A pesar del carácter ancestral de su origen, el movimiento de reivindicación es relativamente nuevo. Declaró la independencia recién en 2013, luego de que la Reina Isabel II —que formalmente sigue siendo la monarca del país— no contestara un pedido para que pruebe su soberanía sobre el territorio. Fred Hooper, titular del Consejo del Pueblo, oficia de presidente.

Sealand

—Superficie: 550 m²
—Población: 22 habitantes
—Independencia: 1967
—Capital: Fort Roughs
—Forma de gobierno: Monarquía
—Idioma oficial: Inglés
—País legalmente reconocido: Reino Unido

Es el microestado más pequeño de todos y uno de los más conocidos por las particularidades de su historia. Para empezar, no está asentado sobre un territorio natural, sino sobre una plataforma erigida en alta mar por el Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial. Hasta 1956 estuvo ocupada por personal de la Marina Real, pero luego pasó 11 años abandonada.

Paddy Roy Bates, un presentador de radio de transmisiones piratas, ocupó la estructura el 2 de septiembre de 1967 e inmediatamente comunicó su decisión de convertirla en un país independiente. Se instaló allí con su familia y con algunos conocidos y se autoproclamó Su Alteza Real Príncipe Roy de Sealand. El trono fue heredado por su hijo Michael. A lo largo de estos años, sus habitantes han recaudado fondos vendiendo pasaportes, títulos y merchandising de Sealand.

Reino de Elleore

—Superficie: 1,5 hectárea
—Población: 263 habitantes
—Independencia: 1944
—Forma de gobierno: Monarquía
—Idioma oficial: Danés e interlingua
—País legalmente reconocido: Dinamarca

El Reino de Elleore es un ejemplo de cómo fundar una nación por razones lúdicas y, si se quiere, educativas. Docentes de Copenhague adquirieron el diminuto islote, pegado a la ciudad de Roskilde, y lo empezaron a usar como campamento de verano. Así surgió la idea de convertirlo en un microestado, que si bien tiene 263 habitantes, éstos sólo pasan algunas semanas al año en el país.

Los padres fundadores establecieron una monarquía que parodia la estructura política de Dinamarca. Tienen un uso horario único en el mundo: 12 minutos de retraso respecto de la hora oficial danesa. Desde 2013, el rey es Leo III.

Gran Ducado de Flandrensis

—Superficie: 14.890 km²
—Población: 460 habitantes
—Independencia: 2008
—Forma de gobierno: Monarquía
—Idioma oficial: Neerlandés

Es otro caso que tiene mucho de juego, aunque es aún más exótico que Elleore. Sus 460 habitantes nunca pisaron el territorio, que está compuesto por cinco islas inhóspitas de la Antártida: Siple, Cherry, Maher, Pranke y Carney. Es una invención de Niels Vermeersch, monarca que ejerce el poder desde una embajada ubicada en Bélgica. La simbología está inspirada en el condado medieval de Flandes. Lo interesante es que empezó como un divertimento, pero se convirtió en una referencia de la lucha contra el cambio climático y el derretimiento de los glaciares.

Ciudad Libre de Christiania

—Superficie: 34 hectáreas
—Población: 850 habitantes
—Independencia: 1971
—Forma de gobierno: Comuna anarquista
—Idioma oficial: Danés
—País legalmente reconocido: Dinamarca

Esta ciudad Estado nació en 1971 en torno a un cuartel militar abandonado, en el barrio de Christianshavn, en Copenhague. Los vecinos decidieron crear allí una comuna de inspiración anarquista, totalmente autónoma y libre, en la que todo se comparte y cada uno puede hacer lo que desea.

Es una de las micronaciones que más chocan con el Estado, que en numerosas ocasiones trató de combatir su política de venta y consumo libre de drogas. Su principal fuente de ingresos es el turismo, aunque en los últimos tiempos algunos residentes manifestaron sus reparos con los visitantes que van a verlos como si fueran animales en un zoológico.

Principado de Seborga

—Superficie: 15 km²
—Población: 312 habitantes
—Independencia: 1960
—Capital: Seborga
—Forma de gobierno: Monarquía
—Idioma oficial: Italiano y francés
—País legalmente reconocido: Italia

El pueblo y sus alrededores pasó por distintas manos a lo largo de la historia, desde condes hasta monjes. En 1729 fue adquirido por Víctor Amadeo II, rey de Cerdeña, pero sus habitantes aseguraron en 1960 que ese traspaso nunca quedó registrado en ningún acta oficial. Eso significaba que nunca se había incorporado formalmente a Italia.

Giorgio Carbone, jefe de una cooperativa agraria, impulsó la declaración de la independencia y fue nombrado Príncipe Giorgio I de Seborga tres años después. "Su Tremendidad" —así se hacía llamar— murió en 2009, pero no dejó herederos.

Akhzivland

—Superficie: 10 hectáreas
—Población: 3 habitantes
—Independencia: 1971
—Forma de gobierno: Democracia
—Idioma oficial: Hebreo y árabe
—País legalmente reconocido: Israel

Eli Avivi, un marinero de origen iraní, fue contratado en 1952 por una familia de pescadores que vivía en una casa ubicada cerca de las ruinas de Achziv, en Galilea, Israel. Sus jefes murieron, pero él siguió viviendo allí por muchos años. Cuando el Estado mandó topadoras para demoler la estructura que creía abandonada, Avivi se atrincheró. Al año siguiente declaró la independencia del diminuto territorio.

Avivi se votó a sí mismo como presidente de esa inusual democracia. El nuevo país se convirtió en un atractivo para turistas de todo el mundo, especialmente para artistas y escritores. En el medio, su mandatario pasó un tiempo en la cárcel, pero finalmente lo liberaron. La Justicia determinó que "crear un país sin permiso" no podía considerarse delito.

Principado de Hutt River

—Superficie: 75 km²
—Población: 20 habitantes
—Independencia: 1970
—Capital: Nain
—Forma de gobierno: Monarquía
—Idioma oficial: Inglés, francés y esperanto
—País legalmente reconocido: Australia

El Principado de Hutt River nació en 1970 como una reacción de cinco familias de agricultores ante una norma del gobierno australiano que dispuso cuotas de producción de trigo. Leonard George Casley, el líder del grupo, declaró la independencia luego de que fracasaran todas sus gestiones para revertir la medida oficial.

Se organizaron como una monarquía y a Casley se le concedió el título de Príncipe Leonardo I. Como Australia pasó más de dos años sin expedirse sobre la secesión, ésta cobró cierto estatus legal, amparada en una vieja normativa. De hecho, dejaron de pagar impuestos al ente recaudador y éste no se los reclama.

Imperio de Austenasia

—Superficie: 23 hectáreas
—Población: 79 habitantes
—Independencia: 2008
—Capital: Wrythe
—Forma de gobierno: Monarquía parlamentaria
—Idioma oficial: Inglés
—País legalmente reconocido: Reino Unido

El proyecto empezó como un juego entre un estudiante, Jonathan Austen, y su padre, Terry, pero luego fue creciendo. En 2008 proclamaron la independencia de su casa, ubicada en el municipio de Sutton, en las afueras de Londres. Terry Austen fue nombrado emperador y su hijo asumió como primer ministro a los 14 años. En 2013, Jonathan subió al trono tras la abdicación de su predecesor. Como todo imperio, anexó varios territorios. Hoy está compuesto por 18 propiedades ubicadas en distintos puntos del Reino Unido, que se fueron sumando.

República de la Concha

—Superficie: 15,4 km²
—Población: 68.071 habitantes
—Independencia: 1982
—Capital: Cayo Hueso
—Forma de gobierno: República
—Idioma oficial: Inglés
—País legalmente reconocido: Estados Unidos

La República de la Concha nació en 1982 en Cayo Hueso, reclamando la soberanía sobre el territorio de los Cayos de la Florida. La proclama, que tuvo siempre un carácter simbólico, fue la original forma de protestar que encontraron sus habitantes a un puesto de control dispuesto por la Autoridad de Fronteras de Estados Unidos. Cada vehículo que entraba y salía de Cayo Hueso era registrado en busca de drogas e inmigrantes ilegales, lo que trastrocó la vida cotidiana de miles de vecinos.

El argumento del alcalde Dennis Wardlow era que poner un puesto fronterizo de esas características implicaba tratarlos como ciudadanos de otro país, así que optaron por crear uno. Hasta le declararon la guerra a Estados Unidos, aunque se rindieron un minutos después, antes de que pudieran sufrir represalias. La iniciativa acaparó la atención de la prensa y de la opinión pública y en poco tiempo logró que retiraran el puesto. A esa altura, la República de la Concha ya había tomado una dinámica propia, que continúa hasta hoy como una forma de reafirmar la identidad de los habitantes de los Cayos.

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