Tal vez en los próximos años el ascenso meteórico de Luigi di Maio, candidato del Movimiento Cinco Estrellas a primer ministro de Italia, será estudiado en los manuales de ciencia política. Un título podría ser el siguiente: "Cómo pasar en pocos años de abandonar la universidad a ser candidato a jefe de gobierno de la séptima economía mundial".
Porque Di Maio, originario de Pomigliano d'Arco, una ciudad industrial del conurbano de Nápoles, hasta hace apenas cinco años era un estudiante que había fracasado en terminar sus carrera de derecho. Tras dejar la universidad, según sus propias palabras, trabajó como webmaster, mozo y obrero. Hoy, a los 31 años, sueña con convertirse en el premier de Italia después de las elecciones del 4 de marzo.
Su suerte dio un giro cuando su camino se cruzó con el de Beppe Grillo. Era el año 2007 y Di Maio —hijo de un militante de un partido de derecha y que ya se dedicaba a la política en la facultad y en su ciudad— se inscribió al recién nacido Movimiento Cinco Estrellas. En 2010 conoció al comediante y en poco tiempo se convirtió en uno de sus hombres de confianza.
En 2013 llegó segundo —con 189 votos— en las primarias para ser candidato en las primeras elecciones nacionales a las que participaba el Movimiento. Elegido diputado, su grupo lo propuso para el cargo de vicepresidente de la Cámara baja, que por convención le corresponde a la oposición. Di Maio tenía 26 años: nunca, en la historia de Italia, alguien tan joven había ocupado esa posición.
Un grillino atípico
Ese cargo le dio dos grandes ventajas sobre sus compañeros, casi todos desconocidos en su primera experiencia política: visibilidad nacional y un perfil institucional. Con su estilo siempre impecable, de traje azul y pelo corto, Di Maio se convirtió en la cara moderada y amable de los por lo general turbulentos grillini.
Es un chico limpio, con la camisa blanca, de niño bien. Un Kennedy sin carisma
"Es un chico limpio, con la camisa blanca, de niño bien. Un Kennedy sin carisma", lo definió Marco Belpoliti, autor de El cuerpo del jefe, un libro sobre el cuerpo de los políticos que ya es un clásico de la comunicación.
"La función de Di Maio es de control y mediación. Dice siempre cosas moderadas", apuntó en diálogo con Infobae Manuel Anselmi, investigador en sociología política en la universidad de Perugia. Aunque según el experto se trata de un "juego de roles" entre Di Maio y Di Battista, otro de los líderes del partido y que representa la parte más fiel a los orígenes anti-establishment del Movimiento.
Entre otras cosas, Di Maio fue el primero en distanciarse de la línea de Grillo favorable a la salida del euro. También, adoptó una postura más dura respecto a la inmigración y aflojó la intransigencia del Movimiento hacia los corruptos y los condenados, afirmando que hay que evaluar cada caso por separado.
"Lo interesante", agrega Anselmi, "es que ahora el propio Grillo comenzó a distanciarse de Di Maio. Hay quien interpreta esto como una estrategia, mientras otros ven un real desacuerdo político. Como si hubiera un Movimiento ideal diferente al político".
Críticas feroces y disparates
Más de un observador cuestionó la aptitud de Di Maio para gobernar Italia y estar a la altura de líderes como Angela Merkel y Emmanuel Macron en las delicadas negociaciones europeas. Contestan su juventud y, sobre todo, la falta de preparación.
Sería un desastre para el país, la incompetencia al poder
"Es un niño vestido de presidente", sentenció el ex primer ministro Ciriaco De Mita.
"Sería un desastre para el país, la incompetencia al poder. Es un pobrecito", afirmó Carlo De Benedetti, dueño del influyente diario La Repubblica.
"Es un chico simpático, pero no le dejaría administrar ni siquiera mi consorcio", lanzó, socarrón, el periodista Corrado Augias.
Tampoco en su Pomigliano natal el consenso hacia Gigino, como lo llaman los amigos, es unánime.
Es un chico extraordinario. Inteligente, despierto, siempre disponible y ocupado en la escuela. Y era un experto de informática
"Yo rezo por él, para que pueda mantener los ideales que tiene en el alma", lo defendió Peppino Gambardella, el cura de la iglesia a la que iba Di Maio, en un reportaje del diario Il Mattino.
"Es un chico extraordinario. Inteligente, despierto, siempre disponible y ocupado en la escuela. Y era un experto de informática", destacó su profesor en la secundaria Antonio Cassese.
Mientras el alcalde de la ciudad, Lello Russo, dijo: "¿Di Maio primer ministro? No hagamos bromas. Es alguien que confunde el Chile de Pinochet con Venezuela y equivoca los verbos. Escúchenme a mí: el chico se presenta bien, pero es una imágen construida en laboratorio. Y es una imagen que salió mal."
Russo se refirió a un famoso desatino de Di Maio, según el cual el dictador chileno había gobernado Venezuela. También es objeto de burla en las redes por sus problemas con la conjugación del subjuntivo.
Otros, más que su falta de preparación, aseguran que es un títere en las manos de Grillo y Davide Casaleggio, el oscuro hijo del cofundador del Movimiento, Gianroberto Casaleggio, que heredó de su padre la consultora que controla la plataforma on line donde los militantes votan las decisiones más importantes del partido.
Títere o no, lo cierto es que Di Maio necesitará todo su apoyo. Si bien las encuestas dan a el Movimiento 5 Estrellas como primer partido, parece difícil —a menos de improbables alianzas— que los grillini puedan finalmente formar un gobierno. El partido está dividido y en los últimos días se encuentra convulsionado por un escándalo desatado tras descubrirse que varios parlamentarios fingían devolver parte de su sueldo a un fondo común de ayuda a las pymes, como establecido por las reglas internas.
El escándalo fue un duro golpe para la credibilidad de un partido que nació reclamando más honestidad en la política y representa una de las primeras verdaderas pruebas para el liderazgo de Di Maio, quien prometió la expulsión de los culpables.
En tanto, el 4 de marzo se acerca y Gigino Di Maio se prepara a develar quién realmente es. ¿Un líder apto para gobernar la séptima economía mundial o, más bien, un "administrador de consorcios"? Los próximos meses darán la respuesta.
LEA MÁS:
Elecciones en Italia 2018 y el temor al "paraíso populista"
De "no apto" para gobernar a "salvador" de Italia: el espectacular regreso de Silvio Berlusconi
Italia toma una batería de medidas para evitar la injerencia extranjera en sus elecciones