El Gobierno alemán está estudiando ofrecer transporte público gratuito en varias ciudades con el objetivo de hacer frente a la contaminación del aire y frenar así la multa a la que se enfrenta por parte de la Unión Europea (UE).
En una carta enviada a la Comisión Europea, el jefe de Gabinete de la canciller Angela Merkel, Peter Altmeier, y los ministros de Medio Ambiente, Barbara Hendricks (SPD), y Transporte, Christian Schmidt (CSU) informaron que podría ponerse en marcha un proyecto piloto de transporte público gratuito en cinco ciudades: Essen, Bonn, Mannheim, Reutlingen y Herrenberg.
De acuerdo con el proyecto del Gobierno alemán, al que tuvo acceso dpa, el objetivo es motivar a los ciudadanos a que dejen sus automóviles en casa y, con menos tráfico en las carreteras, reducir los índices de contaminación.
Si el plan fuera exitoso, en una segunda fase se ampliaría a otras capitales afectadas por incumplir los criterios de contaminación europeos, entre ellas Berlín, Múnich, Hanover, Colonia o Hamburgo. El proyecto también contempla prestar apoyo a las ciudades que lo demanden para introducir normas de tráfico eficaces que reduzcan la contaminación automovilística. Para el tráfico de mercancías pesadas deberían establecer "zonas de baja emisión".
"Estamos listos para dar ese paso", confirmó el martes en Berlín el vocero del Gobierno alemán, Steffen Seibert, durante una comparecencia rutinaria ante los medios.
En la ciudad de Hamburgo ya hicieron los números para ver a cuánto ascendería la carga financiera de la propuesta. La Asociación del Transporte de Hamburgo (HVV) recauda unos 830 millones de euros anuales con la venta de billetes. En cuanto a pasajeros, el sistema transporta a alrededor de 770,5 millones de personas. Si pasase a ser gratuito necesitarían más vehículos y más personal para hacer frente a una mayor demanda.
La revolucionaria propuesta del ejecutivo germano, que ha sido remitida al comisario europeo de Medio Ambiente, Karmenu Vella, ha abierto un gran debate en el país en las últimas horas.
Entre aliviados y preocupados, representantes de los administraciones regionales y locales han ido tomando la palabra para exigir una mayor concreción. "El Estado central debe decir cómo pretende financiar eso", indicó en declaraciones a dpa Michael Ebling, alcalde de la ciudad de Maguncia y presidente de las empresas municipales (VKU en sus siglas en alemán).
"El transporte público gratuito es una idea visionaria que necesita varias pruebas para ver si funciona. No se puede implementar en el corto plazo", agregó.
Las mediciones oficiales revelan que los residentes en las ciudades alemanas respiran cantidades peligrosas de dióxido de nitrógeno. La causa es el temido diésel, más concretamente el dióxido de nitrógeno (NO2), un gas que irrita las vías respiratorias y que procede principalmente de los tubos de escape de los vehículos.
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