Un cazador furtivo se adentró el sábado en los alrededores del mítico Parque Nacional Kruger, en Sudáfrica, en búsqueda de leones pero terminó él mismo siendo devorado por un grupo de felinos, según informaron fuentes policiales.
La cabeza y los restos de la víctima fueron hallados en la Reserva Privada Ingwelala en Hoedspruit, cerca del parque Kruger, según dijo la fuente a la agencia AFP.
"Al parecer estaba cazando ilegalmente cuando fue atacado por un grupo de leones que lo devoró. Dejaron sólo la cabeza y algunos trozos de carne", dijo el portavoz de la policía Moatshe Ngoepe.
Cerca de lo que quedó del cadáver del hombre había un fusil de caza, indicó el portavoz. Pero no llevaba documentos y todavía no pudo ser identificado.
Según un testigo citado por el Daily Mail, el fusil del arma era de calibre .458, una poderosa munición utilizada en la caza de animales grandes, especialmente elefantes y rinocerontes.
Algunos trabajadores de la reserva privada, que ofrece safaris fotográficos, expediciones y estadías, dicen haber escuchado los gritos del hombre pidiendo ayuda durante el ataque de los leones, según reportó el Daily Mail.
En el momento en que escucharon los gritos los trabajadores de Ingwelala creyeron que se trataba de un compañero encargado de los tractores. Pero luego de rastrearlo y encontrarlo con vida entendieron que debía tratarse de un cazador furtivo.
Los trabajadores realizaron un disparo al aire que ahuyentó a los leones, pero cuando llegaron al lugar ya era demasiado tarde.
No estaba claro si los leones eran parte de la manada que vive en Ingwelala o si provenían del Parque Nacional Kruger.
Pero cada año estima que 250 personas mueren en África atacados por leones, inmensos felinos de hasta 190 kilogramos de peso que puede correr a unos 80 kilómetros por hora.
Hace unos meses el cazador furtivo Luteni Muhararukua murió en Namibia cuando el rinoceronte que acechaba lo embistió.
El problema de la caza furtiva
En 2017, se hallaron en diferentes reservas naturales los cadáveres de varios leones decapitados y mutilados de sus miembros, utilizados en la medicina tradicional.
También sus esqueletos, dientes y pelajes son muy buscados en el mercado negro.
Pero las principales víctimas de la caza furtiva en Sudáfrica son los rinocerontes, cuyos cuernos son muy codiciados en Asia.
Más de 1.000 rinocerontes fueron cazados ilegalmente en 2017, según estadísticas de las autoridades sudafricanas.
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