Cientos de miles de iraníes salieron a las calles este domingo para conmemorar la Revolución Islámica de 1979, en una jornada en la que el régimen volvió a desafiar a Occidente desplegando su misil Ghadr.
La celebración fue encabezada por el presidente Hasan Rohani, quien denunció a Estados Unidos e Israel como opresores.
El mandatario, quien habló ante una multitud en la Plaza Azadi de Teherán, no hizo una mención específica a los ataques aéreos de Israel en Siria del sábado.
Sin embargo, manifestó ante los presentes: "Ellos (Estados Unidos e Israel) querían crear tensión en la región, querían dividir Irak, Siria (…) Querían crear caos en Líbano pero (…) con nuestra ayuda sus políticas fallaron".
El régimen persa respalda a la dictadura de Bashar al Assad en la guerra civil siria, a las milicias chiíes de Irak, los rebeldes hutíes en Yemen y a los terroristas de Hezbollah.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ve a Irán como una creciente amenaza a la estabilidad regional en Medio Oriente, prometió trabajar con Israel y Arabia Saudita para minar lo que dice son intentos de Teherán para extender su influencia en la región.
Israel ha advertido de la mayor presencia iraní en sus fronteras con Siria y Líbano.
Un avión de combate israelí que regresaba de bombardear posiciones respaldadas por fuerzas iraníes en Siria fue derribado el sábado por fuego antiaéreo, en los enfrentamientos más serios entre Israel e Irán en la zona en el último tiempo.
En tanto, en un abierto desafío a Occidente por las sanciones a su programa de misiles, Irán desplegó el domingo su misil balístico Ghadr en las calles de Teherán.
La televisión iraní dijo que "decenas de miles de personas" salieron a apoyar a la revolución en el país de 81 millones de habitantes, que en diciembre pasó por su peor crisis doméstica en cerca de una década por las extendidas manifestaciones en reclamo por la falta de trabajo.
Con información de Reuters
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