El gobernador de Bermudas designado por Londres, John Rankin, puso fin a semanas de incertidumbre y aprobó una ley votada por el Senado por la que ya no se permitirá en la isla matrimonios homosexuales, lo que lo convierte en el primer lugar del mundo en legalizarlo y luego prohibirlo.
El gobernador firmó la "Ley de Uniones Domésticas" que da marcha atrás con la disposición que habilita los matrimonio del mismo sexo, aprobado el año pasado por la Corte Suprema de la isla.
El jueves, el gobernador indicó que dio el visto bueno a la nueva pieza, que había sido antes aprobada por el Senado, "tras cuidadosas consideraciones en línea con mis responsabilidades bajo la constitución".
En Bermudas los matrimonios del mismo sexo estaban permitidos desde mayo de 2017, después de que fuera llevada al alto tribunal por el ciudadano bermudeño Winston Godwin y su marido, el canadiense Greg DeRoche, al no ser reconocidos por el registro general de la isla.
La ley de Uniones Domésticas no permitirá el matrimonio pero si "una unión libre en la que tendrán los mismos derechos", dijo Walton Brown, ministro de Asuntos Nacionales de Bermudas.
Brown agregó que, sin embargo, los matrimonios del mismos sexo que se han llevado a cabo en la isla entre la decisión de la Corte Suprema, en 2017, y la suspensión del permiso también "seguirán siendo reconocidos bajo la nueva ley".
A su vez, señaló que la mayoría de los ciudadanos de Bermudas están en contra de los matrimonios del mismo sexo.
La decisión ha despertado la oposición de varios grupos de defensa de los derechos de grupos LGBT que consideran ilegal el hecho de que primero se permita y luego se niegue.
Winston Godwin, un abogado de Bermudas afincado en Canadá que lucha por la igualdad matrimonial en la isla, asegura que la del jueves es "una jornada triste para los derechos humanos".
Para la asociación Rainbow Alliance, la decisión implica la creación "matrimonios de segunda clase" y supone una involución en los derechos de la comunidad LGTBI, mientras que Ty Cobb, director del grupo Human Rights Campaign, ha declarado a la cadena estadounidense NBC que la decisión "secuestra la reputación a nivel internacional de Bermudas así como su economía".
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"La nueva ley reconoce y protege a las uniones entre personas del mismo sexo pero no se podrán casar, lo que significa que pueden heredar en el caso de que no haya testamento o, por ejemplo, también tomar decisiones médicas en nombre de la pareja".
Varias compañías de cruceros con barcos de bandera de Bermudas, donde también regirá la prohibición, han declarado que esta medida va a "decepcionar" a aquellos que pensaban contraer matrimonio a bordo de sus embarcaciones, por lo que ahora ofrecerán ceremonias de compromiso.
En el Reino Unido algunas asociaciones por los derechos humanos habían presionado al ministro de Asuntos Exteriores británico, Boris Johnson, para que frenara la abolición del matrimonio homosexual. En un debate en la Cámara de los Comunes el mes pasado, el laborista Chris Bryant calificó el proyecto como "una legislación profundamente desagradable y muy cínica".
Durante el año 2017, Australia, Alemania, Malta y Taiwán se sumaron a la lista de 22 países que permiten las bodas homosexuales. Además, la Corte Constitucional austríaca ordenó el pasado diciembre la autorización de este tipo de alianza para marzo de 2019.
Con información de EFE y AFP