Los 470.000 archivos difundidos por la CIA sobre Osama bin Laden siguen entregando información sobre la estrecha cooperación que existió entre los regímenes de Irán y Siria con el grupo terrorista Al Qaeda.
De acuerdo con los documentos, la Guardia Revolucionaria iraní ayudó a reubicar a miembros y líderes de Al Qaeda luego de los atentados del 11 de septiembre contra los Estados Unidos.
El cuerpo de seguridad persa además de entregar elementos básicos como ropa o calzado, proporcionaba a los terroristas "pasaportes iraníes y dinero".
Las cartas también revelan la cooperación que existió entre Irán y una de las facciones de Al Qaeda en Libia. Durante una reunión con uno de los miembros del grupo extremista, identificado como Nader, la Guardia Revolucionaria aclaró que el régimen iraní no tiene amigos en el mundo, sino que se maneja exclusivamente por intereses comunes.
Pese a esta aclaración, Teherán le otorgó un pasaporte a Nader, quien estaba detenido en la prisión de Evin e intentaba arreglar su salida de Irán. Asimismo, un "hermano kurdo" le prestó dinero y luego un líder de Al Qaeda llamado Al Qarry le envió otra suma.
Nader había permanecido en Irán junto a Abu al Khair al Masry y Muhammad Rajab Abdul Rahman, el segundo comandante de mayor rango de Al Qaeda.
Después de una década y media en suelo iraní, la Guardia Revolucionaria envió a Al Masry en 2013 a Siria, como representante de Ayman al Zawahiri, actual líder de Al Qaeda.
En 2015, Al Masry fue asesinado en Idlib, al norte de Siria.
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