"En Rusia los servicios clandestinos son el elemento más extenso de su Estado". Ese fue uno de los mayores aprendizajes del ex agente de la CIA, John Sipher, durante su servicio en Moscú en la época de la Unión Soviética en plena Guerra Fría. Sin embargo, hoy en día, a casi tres décadas del fin de ese enfrentamiento, Vladimir Putin mantiene esa premisa desde su llegada al poder en 1999.
"Putin quiere un Estado poderoso. Con el correr del tiempo, desde 1999, por varias razones, ha tomado el control de la economía, la prensa, de las instituciones estatales… Se convirtió en un zar de esta era moderna", explicó el ex agente que se retiró en 2014, después de 28 años de servicios, en los que se desempeñó como subjefe de Estación en Europa, Asia y los Balcanes.
En una extensa entrevista con el ex director interino y adjunto de la CIA, Michael Morell —ahora colaborador de la cadena CBS—, dio detalles de los riesgos que representa servir como espía secreto en tierras rusas, y abordó el camino de Putin desde su época de agente de la KGB hasta su llegada al Kremlin.
Putin se convirtió en un zar de esta era moderna
Pese a mostrarse como un líder todopoderoso, Sipher sostuvo que Putin "tiene miedo" y consideró que Rusia "es débil". Por ese motivo, Moscú necesita encontrar a alguien a quien culpar de todos sus males: ese "es Estados Unidos".
El ex agente norteamericano compartió una historia que marcó profundamente al presidente ruso y que, dicho por el propio jefe de Estado, influyó en su personalidad. En octubre de 1989, el estado de Alemania Oriental estaba a punto de desmoronarse, y la situación en las calles de Dresden, cada vez era más incontrolable. Los oficiales soviéticos, que contaban con un batallón de tanques listos para actuar, consideraban que la violencia era inevitable. Por ese motivo, pidieron "apoyo militar" y "ayuda". "La respuesta de Moscú no llegó", apuntó Sipher. Los tanques nunca salieron a las calles, y nadie protegió a los agentes de la KGB que intentaban contener la revuelta social.
"Putin dice que eso fue formativo para él. Cuando se necesitaba poder estatal, cuando la seguridad estaba en riesgo, no hubo apoyo". A partir de esa experiencia, Putin se convenció de que "los servicios de seguridad del Estado debían ser poderosos y capaces de proteger al país", manifestó el ex espía en el ciclo de podcasts Intelligence Matters, conducido por Morell.
Así es como Rusia se convirtió en un régimen en el que la desconfianza y el escepticismo están a la orden del día: "En los Estados Unidos la gente no piensa en espionaje; los servicios clandestinos no son factores centrales de su vida. En Rusia son películas, TV, radios… es el elemento más extenso de su Estado".
Sipher reconoció que a fines de la década de los 90 "había un deseo de buscar un futuro más democrático" en Rusia y dejar atrás la "fuerte burocracia" y corrupción en los servicios secretos: "Cuando Putin llegó al poder pretendía convertir al país en un Estado más moderno". Pero con el paso del tiempo los caminos se bifurcaron y a día de hoy el régimen ruso muestra varios rasgos de aquella Unión Soviética de la Guerra Fría.
"Por muchas razones adoptó un tono más represivo. Para 2014-2016 tomó el poder total de la prensa, de la economía… Él entiende que permanecer en el poder es lo más importante en este momento", aseguró el ex agente de la CIA.
"¿Qué es lo que quiere? ¿Cuál es su objetivo?", le consultó Morell a Sipher. "Pretende un Estado todopoderoso", respondió tajante.
"Él entiende que necesita ser la persona más poderosa de su barrio, entiende que tiene el control de las áreas que lo rodean", agregó, al tiempo que remarcó que Putin busca "crear una visión cínica del mundo donde ningún sistema es mejor que el suyo". "Pretende hacer creer a su gente que él es el único que los puede proteger".
Por eso no sorprende ver los últimos actos de Moscú, que trata a sus países vecinos —aquellos que no se subordinan a sus exigencia— como enemigos. Los ejemplos más resonantes son los de "Ucrania, los países bálticos y Georgia".
"Putin necesita tener países a su alrededor que le sirvan. De lo contrario, se convierten en su enemigo, y cuando tiene la oportunidad, hace algo en su contra. Su principal objetivo contra sus enemigos es causar pánico, caos y daño", aseveró Sipher. Y añadió: "Siempre están preocupados por alguna invasión".
Putin busca crear una visión cínica del mundo donde ningún sistema es mejor que el suyo
La ya probada colusión en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos en 2016 da cuenta de esa necesidad de provocar caos. Ese año el régimen de Putin "puso sus esfuerzos en interferir las elecciones y crear confusión, desinformación, decepción.. Posiblemente todas esas cosas las están haciendo también a todas las potencias occidentales", advirtió Sipher.
Al salir a la luz esa interferencia rusa en los Estados Unidos, muchas personas, incluso especialistas, buscaban convencerse de que no era posible que el Kremlin tuviera esa "increíble y sofisticada" capacidad de intervención, según el agente retirado.
No obstante, la realidad demuestra que el régimen ruso tenía a su disposición "una gran variedad de herramientas para armarse contra los Estados Unidos". Hackers, espías, diplomáticos, "todos estaban enfocados en la misma dirección".
El Kremlin supo aprovechar lo que, a consideración de Sipher, hoy permiten las redes sociales y los medios de comunicación, que es "armar la información más rápido que en el pasado".
El liderazgo de Putin refleja su enorme sed de poder, pero "en cierto punto hace todo esto para que se le preste atención, quiere respeto…", concluyó el ex espía norteamericano, una de las voces más autorizadas sobre el régimen ruso.
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