Laboratorios que trabajan para la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAC por sus siglas en castellano, OPCW, en inglés) vincularon el arsenal del gobierno de Siria con el utilizado en el mortífero ataque con gas sarín en Ghouta en 2013, según reportó este martes la agencia Reuters, apoyando las acusaciones contra el presidente Bashar al Assad.
La conclusión fue alcanzada tras comparar muestras tomadas por una misión de las Naciones Unidas enviada a Ghouta, un suburbio de Damasco, con las armas químicas que el gobierno de Al Assad, que niega responsabilidad, entregó voluntariamente para su análisis en 2014.
En el ataque en Ghouta, un enclave urbano controlado por rebeldes, murieron entre 280 y 1.700 civiles, de acuerdo con diferentes estimaciones, bajo los efectos del gas sarín, un agente nervioso que paraliza músculos, incluyendo el corazón.
La oposición siria, junto con los Gobiernos de la Unión Europea, los Estados Unidos y la Liga Árabe, acusaron al gobierno de Al Assad de lanzar el gas sobre la población. Mientras que Damasco sostiene que fue la oposición la que realizó el ataque.
El análisis de la OPCW, una organización internacional con 192 miembros y con base en Holanda, comparó "marcadores" en Ghouta, Khan Sheikhoun y Khan al Assal, tres sitios donde se usaron agentes nerviosos durante la guerra civil siria.
"Había pruebas de que los tres eran el mismo químico", dijo a Reuters una fuente cercana al proceso. "Como en toda ciencia, este examen debe repetirse varias veces, pero se trató de una vinculación seria basada en un trabajo de laboratorio serio", agregó.
Por su parte, Amy Smithson, una experta estadounidense en control de proliferación, considera que los hallazgos son evidencia científica muy sólida.
"Una concordancia entre muestras del ataque de 2013 en Ghouta y el arsenal sirio es equivalente a una prueba de ADN: evidencia definitiva", dijo a Reuters.
La experta destaca en especial el hallazgo de hexamina en Ghouta, un químico utilizado casi exclusivamente por Siria para fabricar sus armas.
En esa investigación se halló la evidencia sobre Ghouta, pero no fue publicada entonces, ya que no era parte del objetivo del trabajo.
Pero es de esperar que estas revelaciones sean utilizadas por los gobiernos de los Estados Unidos y la UE para fortalecer sus acusaciones de que el régimen de Al Assad posee y utiliza regularmente un arsenal de armas químicas prohibidas por el Consejo de Seguridad de la ONU y el OPCW.
Esto es de especial importancia, ya que luego del ataque en Ghouta en 2013, Siria aceptó ingresar al OPCW, por presiones de los Estados Unidos y Rusia, y se comprometió a destruir tanto las armas químicas que poseía como los precursores utilizados en su fabricación.
Pero esto no parece haber ocurrido, y los ataques continuaron, incluyendo uno con gas cloro realizado el 22 de enero en la ciudad de Duma, controlada por rebeldes.
Un ataque "de libro de texto"
Los especialistas independientes están de acuerdo en que los rebeldes no podrían haber lanzado un ataque con gas sarín, ya que su uso requiere de entrenamiento y preparación debido a que la peligrosa toxina debe ser mezclada justo antes de su lanzamiento.
"No hay ninguna chance de que los rebeldes o el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) hayan sido responsables", consideró Hamish de Bretton-Gordon. Algunas milicias rebeldes, y en especial el ISIS, han sido responsables de utilizar armas químicas como el gas mostaza, pero los agentes nerviosos como el sarín son considerablemente más difíciles de fabricar e, incluso, de utilizar, aun si son capturados.
En aquella letal madrugada de agosto de 2013, la ejecución del ataque fue "de libro de texto". En primer lugar un bombardeo convencional destruyó ventanas y puertas, y forzó a las personas a correr hacia los refugios subterráneos.
Entonces se lanzaron cientos de litros de sarín por medio de cohetes. Las condiciones meteorológicas eran perfectas para su diseminación: bajas temperaturas y poco viento en las primeras horas de la mañana. El pesado gas pareció buscar los refugios subterráneos, y se coló en el sueño de los que no alcanzaron a dejar sus hogares.
Otro bombardeo con armas convencionales llegó después, con la intención de borrar la evidencia.
Por otro lado se ha reportado numerosas veces que los medios para lanzar el gas, cohetes y aviones cazabombarderos, solo estaban en posesión del régimen en Damasco.
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