¿Qué hay detrás de un par de zapatillas de imitación? Para la mayoría de las personas, posiblemente no haya mucho más que esquivar los abusivos impuestos del Estado y los sobreprecios de las grandes marcas. Sin embargo, el libro "Blood Profits", de la analista de riesgo político y presidente de la consultora Asymmetrica, Vanessa Neumann, revela que nada es inocente en la compra de productos falsificados.
Especializada en delitos de delitos transnacionales, Neumann dedicó años a estudiar la relación entre crimen, Estado y los impactos que ésta tenía sobre la sociedad, la democracia y la libertad. Trabajando como consultora de la Organización para la Cooperación y el Desenvolvimiento Económico (OCDE) llegó a la conclusión de que, ingenuamente, la mayoría de los consumidores alrededor del planeta están colaborando con el terrorismo y con el crimen organizado.
"Las personas deben saber eso. Pero el desafío es hacer que lo entiendan sin un tono alarmista" , dijo Neumann en una entrevista con la revista brasileña VEJA.
Su libro, que acaba de publicarse en los Estados Unidos, recoge la experiencia de la autora investigando las redes criminales globales y cómo éstas se alimentan del "inocente" comercio de las falsificaciones.
"En Medio Oriente he conocido a mujeres con mucho dinero que compraban carteras falsas y festejaban la oferta. La gente debe cambiar su comportamiento y eso se logrará gracias a una presión social, como la que ahora mismo se está ejerciendo en relación a los casos de acoso sexual", explicó Neumann.
En "Blood Profits" se prueba a su vez la forma en la que el narcotráfico financia los recientes atentados terroristas del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) en Europa.
"La gente tiene que saber que esas células del Estado Islámico atacan gracias al tráfico de drogas", dice, al tiempo que utiliza también el ejemplo de la milicia chiíta libanasa Hezbollah: "Hace mucho que se sabe que es un grupo que se alimenta del narcotráfico".
En ese contexto, la autora apela a las conciencias individuales para empezar a resolver un problema de carácter global. El desafío, según ella misma lo definió, es que las personas que se horrorizaron con el ataque a la revista satírica Charlie Hebdó, o con el que ocurrió durante un concierto de Ariana Grande en Manchester, dejen de comprar cocaína o cigarrillos de marihuana.
Para explicar el fenómeno, el libro también aborda el ejemplo de Colombia, dónde más de 260.000 personas murieron en el medio siglo de guerra interna con la guerrilla FARC. Según las investigaciones de Neumann, para mantener activo a un combatiente, las FARC necesitaban entre 6.000 y 12.000 dólares anuales.
"Este dinero venía, en gran parte, del tráfico. Sin los consumidores, esa fórmula que sostuvo una guerra no habría existido", dijo a Veja.
Además, Neumann explicó que el vínculo entre el narcotráfico y el contrabando es mucho más estrecho de lo que se cree, ya que, aclaró, "funcionan de la misma manera, a través de los mismos agentes y organizaciones".
"Cuando fui al Líbano perdí la inocencia en relación a este tema. Vi como Venezuela sostiene a sus organizaciones terroristas y cómo éstas organizaciones de Medio Oriente adquieren así influencia en los países de Latinoamérica, en especial Irán", detalló.
Nacida en Venezuela, la autora hace un análisis de cómo el narcotráfico penetró en la estructura política de su país y de cómo el dinero sucio de la actividad contaminó la política.
"Más de 30 millones de personas viven bajo un régimen cuya relación con el narcotráfico es notoria pero, aún así, el mundo cierra los ojos ante esa, que es una de las causas de la crisis venezolana. Venezuela es el ejemplo de cómo el crimen organizado puede destruir un país", ejemplificó.
Pese a lo ambicioso del trabajo, la autora no presenta en su libro una solución completa y aseguró que su principal objetivo es "empezar a mostrarles esto a las personas que ingenuamente están patrocinando el terrorismo y a mafias muy peligrosas en nombre de una buena oferta".
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