Otro video volvió a denunciar los horrores que sufren en Libia los cientos de miles de migrantes africanos que cada año intentan cruzar el mar para llegar a Europa en busca de una mejor vida y huyendo de guerras y pobreza extrema.
Las estremecedoras imágenes, publicadas por el diario italiano Il Corriere della Sera, fueron filmadas por una banda de traficantes libios y muestran las brutales torturas a las que son sometidos un grupo de migrantes para presionar a las familias a pagar un rescate.
En la primera escena se ve a un joven que llora y se revuelve en el suelo por el dolor: lo están torturando echándole plástico derretido en la espalda y en las piernas.
"¡Cállate, cállate, cállate!", le grita su torturador. "Levanta la cabeza", le dice otro, apuntándolo con un rifle. Los victimarios quieren que se pueda distinguir el rostro del joven, cuyo nombre sería Sadiq Abakar Ahmed, de Kutum, en Darfur, en el Sudan occidental. Una de las zonas más pobres del mundo, desde donde cada año se marchan cientos de miles de personas.
Luego la escena cambia, aunque al parecer ocurre en el mismo sitio.
Acostados en el suelo hay otros ocho jóvenes. Tienen las espaldas desnudas y los azotan con latigazos. "Tu rostro… la cabeza en alto… tu rostro", dice uno de los traficantes. "Acuéstate sobre tu panza, dale", dicen. "Hoy los matamos a todos".
"Golpea a este perro… ¿cómo te llamas tú?", le preguntan a uno de los jóvenes. "Marwi", responde . "Golpéalo, golpéalo".
"Paguen, por favor, paguen. ¿Transfirieron el dinero?", piden las víctimas.
Las familias tienen que pagar 120 libras esterlinas sudanesas, cerca de 14 mil euros. Si no lo hacen, la tortura continuará. Probablemente hasta la muerte.
El Corriere explicó que el video se volvió viral en los chats locales, causando la intervención de la Rada, la milicia del gobierno de unidad nacional de Trípoli, que capturó a los cuatro torturadores y difundió una foto con sus nombres y apellidos.
Las autoridades libias han intensificado los operativos para impedir que los barcos de traficantes de personas crucen el océano. Esto hace que miles de hombres se queden en el país africano a la espera de algún milagro que lo saques de allí rumbo al viejo continente. Esta situación es aprovechada por las mafias para someterlos y convertirlos en esclavos, aunque, según varias ONG y expertos, muchas de las violencias ocurren en los refugios organizados por las propias autoridades libias.
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