"Deben ser altas, flacas y bonitas", decía el anuncio de una oferta de trabajo. Una periodista se postuló y así logró infiltrarse en un evento de recaudación de fondos exclusivo para invitados varones en Londres. Luego reveló las estremecedoras escenas de acoso que observó y sufrió entre importantes miembros de la élite británica.
El evento, que se realiza desde hace 33 años por la organización privada "The President's Club", tiene como objetivo juntar fondos benéficos para "niños necesitados". Reconocidos miembros de los negocios, la moda, el entretenimiento y el mundo político se reunieron en el hotel Dorchester. Los cerca de 350 invitados fueron atendidos por 130 anfitrionas, entre las cuales estaba Madison Marriage, reportera del prestigioso Financial Times, donde publicó su experiencia.
La joven periodista, tras conseguir el puesto, recibió la indicación de usar "zapatos negros sexy, ropa interior negra" y "un vestido negro, corto y apretado", así como un cinturón negro grueso, al estilo corset.
A su llegada, todas debían firmar un documento de cinco páginas, sin tiempo de leerlo ni de llevarse una copia, en el que se comprometían a no revelar lo sucedido puertas adentro.
Los invitados fueron recibidos por el presentador Jonny Gould y la conducción del evento estuvo a cargo del comediante David Walliams. La cordialidad de los primeros minutos, cuando la tarea de repartir comidas y bebidas transcurría con normalidad, se esfumó en poco tiempo. "Muchos insistían en estar de la mano con las mujeres, lo que era un preludio antes de hacerlas sentar sobre sus regazos", contó. Poco después, se proyectó un show de bailarinas semidesnudas.
(La periodista relató lo que vio y sufrió en la fiesta. Video: BBC)
En entrevista con el Washington Post, Marriage contó que ella misma fue víctima de varios acosos, propuestas indecentes y tocamientos, pero optó por no hacer hincapié en ellos para enfocarse en los testimonios de sus compañeras.
Una de ellas, de apenas 19 años, aseguró que un invitado de cerca de 70 años le preguntó a bocajarro si era una prostituta, únicamente juzgando por su apariencia. Fueron varias las que aceptaron haber sido tocadas sin su consentimiento en el estómago, las piernas y el trasero. Otra indicó que uno de los presentes intentó besarla a la fuerza y una trabajadora denunció que un hombre le exhibió sus genitales.
Aún en ese ambiente, las empleadas que no mostraban el "suficiente entusiasmo" recibían una reprimenda por parte de los organizadores, que insistían en una mayor interacción con los invitados.
En el medio, se realizaban las recaudaciones de fondos para hospitales y otras organizaciones, a través de subastas que incluían un almuerzo con el secretario de Asuntos Exteriores, Boris Johnson, o una reunión con el titular del Banco Central inglés, Mark Carney.
Las jóvenes recibieron una copa de vino antes de iniciar su tarea y tenían permiso para beber durante sus tareas. "Te ves muy sobria. Quiero que te bebas esta copa y bailes sobre la mesa", ordenó uno de los invitados casi sobre el final de la velada a una chica que permanecía sin tomar. El individuo no fue identificado por el Financial Times ya que no había respondido a las preguntas del periódico y ofrecido su descargo.
Por las cerca de 10 horas de trabajo -seis en el evento-, las mujeres (de entre 19 y 23 años) recibieron unos 200 dólares de compensación. Luego del evento, la periodista indicó: "Me siento realmente triste y decepcionada por lo que vi, el hecho de que la clase alta de nuestra sociedad opere de esta manera en el 2018", lamentó. Ella aseguró haber tratado de mantener una conducta profesional durante su tarea, pero no logró evitar ser afectada por la situación y rompió en lágrimas cuando le contó su experiencia a sus padres.
Escalofriante esto que cuenta FT: un evento solo para hombres ricos y poderosos de Gran Bretaña donde obligan a las azafatas a exhibirse y beber y son sometidas a todo tipo de acoso por los asistentes.https://t.co/9TblrlyVC5
— Mercutio (@Mercutio__m) January 23, 2018
En un comunicado, el President's Club destacó que en el evento se recaudaron "varios millones de libras para niños necesitados" y dijo que la organización estaba "horrorizada por las alegaciones de mal comportamiento", lo que calificaron de "inaceptable" y aseguraron que investigarían el tema.
De todas formas, las denuncias causaron el repudio de la opinión pública. "Más de 300 empresarios ricos estuvieron muy felices de asistir a un evento como este, lo que muestra que la podrida cultura sexista todavía existe en la comunidad financiera. El tiempo se acabó para esta mierda", repudió Jo Swinson, una de las líderes del partido liberal demócrata británico.
Numerosas críticas apuntaron contra el conocido empresario David Meller, director del Departamento de Educación, quien recientemente recibió un título honorífico por parte de la reina Isabel, por su presencia en el evento, así como su larga membresía al President's Club.
La presidenta del Comité de Igualdad, Maria Miller, tuiteó que espera que "todos los hombres que asistieron a este evento piensen dos veces antes de aceptar otra invitación a un evento 'solo para hombres' con 100 camareras".
A su vez, el hospital infantil Great Ormond Street dijo el miércoles que devolverá las donaciones de una organización benéfica salpicada por el escándalo.
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