Kevin Halligen, quien fuera investigador de la familia McCann, fue encontrado muerto en la casa de su novia, en el Reino Unido. La policía indicó que las causas de la muerte aún son inciertas y se encuentran investigando el hecho.
"Recibimos un llamado el lunes reportando que un hombre en sus 50 años estaba mal, y luego murió", declaró la policía británica sobre el caso.
Oakley International, empresa de Halligen, fue contratada por la familia McCann por una suma superior a los 500,000 dólares con el fin de encontrar una pista sobre el paradero de la pequeña Madeleine, un año después que la niña desapareciera en Portugal en el 2007.
"La casa estaba llena de sangre que aparentemente era de una caída que tuvo Kevin", declaró un testigo al diario inglés MailOnline.
La familia de la niña decidió hacerse con los servicios de Halligen, quien se describía así mismo como una especie de James Bond, luego de verse frustrada al no ver ninguna respuesta por parte de la policía portuguesa.
Los McCanns dieron por terminado los servicios del investigador en el 2009, ya que no pudo encontrar ninguna pistas y fue más conocido por su extravagancia y su pintoresco modo de vida que por el caso en sí.
Halligen luego se destapó como un impostor. La familia McCanns lo acusó de haberla defraudado con una suma superior a los 300.000 dólares.
Halligen, quien era irlandés y tenía nacionalidad estadounidense, fue extraditado a los Estados Unidos donde admitió cargos por fraude. Luego de pagar su pena regresó al Reino Unido.
Madeleine tenía casi cuatro años cuando en mayo de 2007 desapareció del departamento que sus padres habían alquilado en Praia da Luz, en la costa de Algarve, Portugal.
Los padres de la niña contrataron a una serie de investigadores para intentar en encontrar el rastro de su hijo. Sin embargo, ninguno pudo dar ni siquiera con una pista concreta.
En el 2011 el Scotland Yard asumió la investigación pero, hasta el momento, no había podido resolver el misterio. La investigación sigue su curso.
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