La conmovedora historia del niño con cáncer que luchó para conocer a su hermana recién nacida antes de morir

Bailey Cooper falleció en la víspera de Navidad, pocos días después de haber cumplido su sueño de conocer a su hermana

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Bailey Cooper, de 9 años, los médicos le dijeron que tenía apenas días de vida, como mucho semanas. El pequeño, que padecía de un cáncer terminal, estaba listo para librar su última batalla: se aferraría un poco más a la vida para conocer a su hermanita que estaba a punto de nacer.

Y lo logró. A pesar de que el cáncer ya se le había expandido por todo el cuerpo, sacó fuerzas para cargar a Millie, su hermana recién nacida. El niño luego murió en la víspera de Navidad.

Bailey estuvo luchando contra el cáncer por 15 meses, luego de haber sido diagnosticado con un linfoma no Hodgkin en etapa tres. El pequeño empezó a padecer los síntomas a mediados del 2016.

Los médicos al comienzo creyeron que el niño padecía una enfermedad viral. Pero un examen de sangre reveló que tenía cáncer.

"Nosotros no sabíamos nada. Cuando lo trajimos al hospital pensamos que estaría bien, y empezamos a dudar por un momento", dijo el padre de Bailey.

Pero los dolores aumentaron y se volvieron cada vez peores, por lo que el oncológo, a cargo del tratamiento, recomendó iniciar la quimioterapia.

Para agosto, los doctores le dijeron a la familia que el cáncer se le había esparcido al pecho, pulmones, hígado y al estomago.

Los padres fueron forzados por los médicos en contarle a su hijo lo que le ocurría: tenía solo días o semanas de vida.

"Bailey tenía solo nueve años, pero nosotros fuimos muy abiertos con él. Él  se derrumbó y dijo que no quería irse por sí solo. Nos quedamos con él un par de horas pero luego juntó fuerzas y lo aceptó. Nos miró, nos regaló una sonrisa y nos dijo: vamos a casa", dijo su madre.

Los tres meses siguientes fueron terribles para la familia, que sabían que Bailey podría morir para las navidades.  Sin embargo, el niño estaba determinado a mantenerse con vida hasta conocer a su hermana.

"Los médicos decían que él seguro moriría antes de conocer a su hermana. Pero no lo hizo. Él luchó, y camino al hospital dijo que la deberíamos llamar Millie", dijo su madre.

Cuando la conoció, hizo todo lo que hace un hermano mayor: la abrazó, la cambió, la bañó y le cantó. En la víspera de Navidad, Bailey murió en su cama rodeado por su familia.

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