El Cuerpo de la Guardia Revolucionaria de Irán proclamó el miércoles el fin de las protestas en las que murieron 21 personas y cientos fueron arrestadas tras chocar con las fuerzas de seguridad, poco después la celebración de masivas manifestaciones de apoyo al Gobierno.
Durante la jornada del miércoles no se registró ninguna manifestación contra el Gobierno, en contraste con las noches anteriores de protestas contra la austeridad económica y la falta de libertad en el régimen teocrático.
El jefe de la Guardia Revolucionaria, Mohammad Ali Jafari, afirmó que el número de "agitadores" "no había superado las 15.000 personas en todo el país". Y añadió, en unas declaraciones publicadas por la agencia Tasnim, controlada por el grupo, que podía anunciar "el fin de la sedición".
"Un gran número de alborotadores, en el centro de la sedición, recibió una formación por parte de la contrarrevolución y de los monafeghines", comentó, utilizando un término que designa a los Muyahidines del Pueblo de Irán (MEK), principal formación de la oposición en el exilio.
Irán acusa al MEK de estar vinculados con Arabia Saudita, rival regional de Teherán.
El general Jafari declaró también que miles de personas fueron "entrenadas" por los Estados Unidos para "fomentar los disturbios en Irán".
Durante una conversación telefónica el miércoles con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, el presidente iraní, Hasan Rohani, que anteriormente hablaba de una "pequeña minoría" de contestatarios, dijo que esperaba el fin de los disturbios "en unas horas", según el presidente turco.
La clase política, tanto los reformistas como los conservadores, se posicionó en contra de los disturbios desencadenados el 28 de diciembre en Mashhad, la segunda ciudad de Irán, marcados por la violencia y la destrucción de bienes públicos. El Gobierno, por su parte, acusó a "contrarrevolucionarios" con sede en el extranjero de haberlos fomentado.
La televisión oficial mostró este miércoles imágenes en directo de multitudinarias manifestaciones progubernamentales en varias ciudades.
Enarbolando pancartas que denunciaban a los "agitadores", los manifestantes gritaron lemas a favor del Guía Supremo, el ayatollah Alí Khamenei, pero también gritos de "¡Muerte a los Estados Unidos!" o "¡Muerte a Israel!".
"Ofrecemos a nuestro guía la sangre que corre por nuestras venas", gritaban los manifestantes, algunos con banderas iraníes.
El jueves se prevén nuevas manifestaciones prorrégimen en Ispahán y en Mashhad.
Las autoridades iraníes intentaron minimizar el movimiento de protesta, el más importante desde 2009, que fue violentamente reprimido, contra la reelección del presidente ultraconservador Mahmoud Ahmadinejad.
Las manifestaciones han dejado desde el jueves pasado 21 muertos, en su mayoría manifestantes, y casi un millar de personas han sido arrestadas, 450 de ellas en Teherán. Coches y edificios oficiales fueron atacados o incendiados.
En las calles de la capital, muchos habitantes aseguran comprender los motivos socioeconómicos de las protestas, en un país con una tasa de desempleo que alcanza el 40% entre los jóvenes. Pero al mismo tiempo condenan la violencia.
Otros rechazan el discurso oficial según el cual las protestas son obra de potencias extranjeras.
"No estoy de acuerdo, la gente ha llegado a un punto en el que ya no puede tolerar la presión de las autoridades, ya no pueden más y ahora están en la calle", dijo Soraya Saadaat, de 54 años, que está en el paro.
El embajador iraní ante la ONU, Gholamali Khoshroo, se quejó al Consejo de Seguridad y al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, de las "intervenciones" de los Estados Unidos en sus asuntos internos.
"En los últimos días, la administración estadounidense, encabezada por su presidente, ha aumentado sus intervenciones de manera grotesca en los asuntos internos de Irán con el pretexto de apoyar las manifestaciones esporádicas", dijo en una carta publicada el miércoles.
Desde el inicio de la protesta, Trump se ha posicionado del lado de los manifestantes y condenado al Gobierno. La embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, pidió "reuniones de urgencia" del Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York y del Consejo de Derechos Humanos, en Ginebra, sobre Irán.
Washington contempla nuevas sanciones contra representantes del régimen iraní, informó un alto responsable estadounidense.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, condenó la pérdida de vidas. "Se debe evitar la violencia", y las autoridades iraníes deben "respetar los derechos a reunirse pacíficamente y a la libertad de expresión", declaró.
Desde Beirut, Hassan Nasrhallah, el líder del grupo terrorista libanés Hezbollah -financiado por Teherán-, afirmó que las "esperanzas de Trump se vieron decepcionadas, al igual que las de los israelíes y los responsables sauditas que esperaban protestas más importantes que provocaraen la caída del régimen en Irán".
(Con información de AFP)
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