El Ministerio de Defensa de Rusia admitió este jueves haber sufrido un ataque con morteros sobre su base aérea en Siria por parte de rebeldes, que produjo un saldo de al menos dos soldados rusos muertos en uno de los incidentes más graves desde el inicio de las operaciones militares de Moscú en el país.
El periódico ruso Kommersant había reportado antes que 10 personas resultaron heridas y que al menos siete aviones de combate apostados en el aeródromo de Hmeimim fueron destruidos, aunque el ministerio lo negó.
Entre los aparatos perdidos habría cuatro bombarderos Su-24, dos modernos cazas Su-35S y un transporte An-72, según relataron fuentes militares al periódico.
El ataque ocurrió el 31 de diciembre, cuando la base aérea que Moscú opera desde 2015 en la lucha contra el grupo terrorista Estado Islámico (ISIS, en inglés) y rebeldes en la Guerra Civil Siria fue bombardeada con morteros que hicieron estallar un depósito de municiones, pero el hecho fue develado apenas este jueves por Kommersant, un periódico liberal que ha tenido fuertes cruces con el presidente Vladimir Putin en el pasado.
En consecuencia el Ministerio de Defensa admitió el ataque de parte de "un grupo móvil subversivo de militantes" y el saldo de muertos, aunque rechazó haber perdido equipo militar y dijo que la información surgida en la prensa era "falsa".
De confirmarse la pérdida material, se trataría del peor episodio en toda la guerra civil siria para Rusia y marcaría fallas tanto del sistema de defensa aérea del aeródromo, operado por Moscú, como de las tropas sirias que protegen el perímetro de la base y que "no fueron suficientes", según indicó una fuente a Kommersant. Hmeimim ya había sido blanco de ataques con morteros pero ninguno había producido daños, hasta el momento.
"Las fuerzas de seguridad sirias están llevando a cabo una operación para encontrar y eliminar a los militantes involucrados en el ataque así como también para mejorar la seguridad en el territorio cercano", indicó el comunicado oficial de Moscú, citado por la cadena estatal Sputnik.
Si bien no está claro cuál grupo pudo haber sido responsable del ataque, a unos 50 kilómetros de la base de Hmeimim se encuentra una extensa área ocupada por una coalición de rebeldes levantados contra el régimen sirio, aliado de Rusia.
Entre estos figuran los combatientes del Ejército Libre Sirio, de los islamistas de Ahrar al Sham y otros grupos militantes armados.
Según las fuentes consultadas por Kommersant, no se descartaba tampoco que pudiera haberse tratado de unidades del ISIS, que si bien no tiene presencia geográfica en la región del oeste de Siria y perdió casi todos sus baluartes en el este, sigue operando desde la clandestinidad.
El ataque se da un día después de que un helicóptero militar ruso Mi-24 se estrellara por un "fallo técnico" a 15 kilómetros del aeródromo, causando la muerte de dos pilotos e hiriendo a un tercer tripulante.
Recientemente, el presidente ruso Vladimir Putin había anunciado la "completa derrota" del ISIS en Siria, tras lo que viajó por vez primera a ese país para ordenar el inicio de la retirada de las tropas rusas apostadas allí. Desde entonces la mayoría de los aviones retornaron a Rusia.
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