El presidente francés Emmanuel Macron se esfuerza por mostrar su independencia ante la comunidad internacional, especialmente en materia de las distintas crisis de Oriente Medio y en lo concerniente al islamismo radical.
Segun publicó el diario libanés An Nahar, los asesores de Macron le han recomendado aparecer ante el mundo árabe como un mediador confiable para todas las partes y aprovechar el repliegue de Estados Unidos para incrementar la influencia francesa en la región.
Tras reunirse el pasado viernes con el presidente palestino Mahmmud Abbas, ambos mandatarios coincidieron en que el reconocimiento de Jerusalén como capital del Estado de Israel por parte de Estados Unidos socava y resta entidad al papel estadounidense como mediador en el conflicto. Sin embargo, para frustración de Abbas, el presidente francés se resistió a dar el paso de reconocer unilateralmente a Palestina como Estado.
Macron dijo el pasado viernes en rueda de prensa junto a Abbas, en el Palacio del Elíseo, que la decisión del presidente Donald Trump de reconocer a Jerusalén -ciudad a la que la política exterior francesa considera territorio en disputa entre israelíes y palestinos- como capital de Israel "margina y excluye" a Estados Unidos en el tablero internacional. Y agregó que él no quiere cometer un error similar reconociendo unilateralmente a Palestina.
Mahmmud Abbas usó otro verbo para referirse a la decisión de Trump que, afirmó, "descalifica a Washington como mediador honesto" en la región. Los palestinos, dijo, rechazarán de plano el plan de paz actual que prepara la Casa Blanca o cualquier plan alternativo que presente en el futuro.
El presidente francés, vencedor en las elecciones presidenciales de mayo, busca reforzar el papel de Francia en Oriente Medio, pero sus opositores sostienen que su posición es la de profundo miedo a futuros ataques islamistas en territorio francés la que lo hace actuar y hablar con un discurso anti-estadounidense para congraciarse con los musulmanes.
Aun así, Macron insiste en la voluntad de "hablar con todo el mundo". A pesar del triste y débil papel de Francia, por ejemplo, en la crisis libanesa derivada de la confusa dimisión en noviembre del primer ministro, Saad Hariri.
Sin embargo, el presidente francés se ve con capacidad de dialogar tanto con sunítas como con chiítas, con Arabia Saudita como con Irán, adonde tiene previsto viajar este año, y lo mismo con palestinos e israelíes.
Hace dos semanas, Macron recibió en el Elíseo al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, a quien pidió "gestos valientes hacia los palestinos", como el congelamiento de la construcción de asentamientos en Cisjordania. El reconocimiento de Jerusalén en las circunstancias actuales, dijo Macron, es "contrario al derecho internacional" y pone en peligro "la causa de la seguridad, y la paz".
La reunión entre Macron y Abbas se celebró pocas horas despues que la mayoría de miembros de la ONU votaran en la Asamblea General en contra de la declaración del presidente Donald Trump sobre Jerusalén. En ella, y aunque la decisión de la votación no es vinculante, 128 miembros (Argentina no acompañó el voto positivo) aprobaron la resolución de condena, entre ellos Francia.
"Los americanos están marginados. Yo intento no hacer lo mismo", dijo el presidente francés. "Decidir unilateralmente reconocer a Jerusalén, es eficaz, pues es una decisión unilateral". Y añadió que la conducta política de Trump "ha sido un error".
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