La Justicia de Irán confirmó la pena de muerte contra el académico iraní Ahmad Reza Djalali, acusado de haber espiado para Israel, según anunció el fiscal de Teherán, Abbas Jafari Dolatabadi.
El médico y profesor del Instituto Karolinska, una universidad de medicina sueca, fue acusado de haber proporcionado información a las autoridades israelíes para el asesinato de varios científicos nucleares.
Djalali se encuentra detenido en Irán desde abril de 2016. Según Amnistía Internacional, negó los cargos en su contra.
Entre 2010 y 2012 al menos cuatro científicos fueron asesinados. De acuerdo al régimen iraní, fueron mandados a matar con el objetivo de sabotear los esfuerzos persas para desarrollar su programa nuclear.
Las potencias occidentales e Israel sostienen desde hace tiempo que la República Islámica está detrás de la construcción de una bomba nuclear. Sin embargo, las autoridades iraníes niegan constantemente esas aseveraciones.
En 2012, Majid Jamali Fashi, otro acusado de haber trabajado presuntamente para la agencia de inteligencia israelí (Mossad), fue ejecutado en la horca.
Según el fiscal Dolatabadi, Djalali habría confesado a las autoridades que se reunió en reiteradas ocasiones con agentes del Mossad para entregar información sobre los planes y el personal nuclear y de defensa de Irán, y para ayudar a infectar los sistemas informáticos del Ministerio de Defensa con virus, informó la agencia Mizan.
Su esposa, en cambio, denunció que los interrogadores iraníes le habían obligado a leer la confesión.
Djalali estaba en un viaje de negocios a Irán cuando fue arrestado y enviado a la prisión de Evin. Suecia condenó la sentencia y dijo que había planteado el asunto con enviados iraníes.
Setenta y cinco galardonados con el Premio Nobel solicitaron a las autoridades iraníes el mes pasado que liberen a Djalali para que pueda "continuar su labor académica en beneficio de la humanidad".
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