Alexander, que tiene entre 10 y 11 años, estaba parado frente a una colchoneta en el gimnasio de la escuela. La profesora, que estaba a un costado, le indicaba con una vara lo que debía hacer.
Decidido, el niño tomó un poco de carrera, saltó e intentó dar una voltereta. Sin embargo, quedó a mitad de camino y terminó cayendo de cabeza, con todo el peso del cuerpo sobre ella.
Preocupada, la docente se acercó de inmediato para asistirlo. Luego, ambos fueron rodeados por los otros estudiantes, impactados ante la evidente gravedad de lo sucedido.
Alexander fue trasladado a un hospital, donde le diagnosticaron la fractura por compresión de su espina. Afortunadamente, los médicos lograron salvarle el nervio, así que se espera que pueda recuperarse plenamente. No obstante, el niño tendrá que pasar los próximos dos meses postrado en la cama, sin poder moverse.
Tras ver el video registrado con la cámara del gimnasio, las autoridades de la escuela moscovita decidieron despedir a la profesora. Desde su punto de vista, había sido negligente al no supervisar adecuadamente el ejercicio. El caso desató una polémica, ya que algunos colegas la defendieron, argumentando que el problema fue que el niño no siguió sus indicaciones.
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