La inmensa mayoría de los 50 miembros de la Casa Real Británica que acudieron al almuerzo que ofreció la reina Isabel con motivo de Navidad en el Palacio de Buckingham no la conocía. Meghan Markle, la prometida del príncipe Harry hacía su debut ante una familia numerosa y llena de historias… de grandeza, pero también de bajezas y miserias.´
Y una de estas miserias fue la que recibió Markle de parte de una de las más polémicas mujeres de la Casa Real. María Cristina de Reibnitz (también conocida como princesa Michael de Kent), casada con el príncipe Michael de Kent, fue quien incomodó y envió un desagradable mensaje a la nueva integrante de la familia.
Conociendo la ascendencia y los genes afroamericanos de Meghan, María Cristina decidió colocarse un llamativo y enorme broche de oro sobre la solapa de su piloto. Para que todos pudieran verlo al ingresar y sobre todo ella, "la impura". Pero no era cualquier joya. Era nada menos que uno de los polémicos adornos conocidos como blackamoor jewelry, algo así como joyería de gente negra, objetos que son calificados como racistas. Es que esas figuras remiten a épocas de esclavitud.
Pero a pesar de que algunas voces pretendieron informar que no se trató de una forma despectiva de dar la bienvenida a la nueva integrante, lo cierto es que la Princesa de Kent tiene antecedentes raciales, según publicó Harper Bazaar. En 2004 fue protagonista de un hecho que avergonzaría a la mismísima reina. Durante una cena en un restaurant en West Village, Nueva York, le dijo a otros comensales que allí se encontraban comiendo de forma ruidosa que regresaran a "las colonias", haciendo referencia a África.
En un intento de defensa, tiempo después, dijo que había pretendido ser "africana", pero que no lo logró por sus ojos claros, aunque consiguió teñir su cabellera de negro. "Tuve esta aventura con esta gente adorable, especial, y llamarme racista es una puñalada a mi corazón, porque los adoro", dijo la noble en una entrevista al canal ITV.
Cuando el compromiso entre Harry y la actriz de Suits se hizo público en noviembre pasado, la Casa Real debió emitir un comunicado condenando los comentarios racistas respecto a la sangre que corría por las venas de la hermosa mujer. Al parecer, la princesa María Cristina no lo tuvo en cuenta y decidió hacer gala a su fama.
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