Unos 5,5 millones de catalanes irán a las urnas el jueves con el objetivo de elegir un nuevo gobierno en unos comicios que se anticipan altamente disputados y en medio de circunstancias extraordinarias.
Las elecciones fueron convocadas con carácter excepcional por las autoridades españolas con el fin de terminar con una revuelta separatista en la región del noreste de España el 27 de octubre pasado. La convocatoria sucedió después de cesar al Ejecutivo regional.
Candidatos prófugos y separatistas competirán el jueves con unionistas que aseguran que sus posiciones son las mejores para devolver la estabilidad y el crecimiento a Cataluña.
A continuación, un vistazo a lo que está en juego y de las probabilidades de que la elección resuelva la mayor crisis política que enfrenta España desde la instauración de la democracia en 1978.
QUÉ SE ELIGE
Los 5,5 millones de votantes habilitados están convocados a elegir 135 diputados del parlamento regional.
El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, destituyó a fines de noviembre al consejo de ministros catalán y disolvió el parlamento tras una declaración ilegal de independencia de legisladores separatistas. Para contrarrestar la reacción, convocó inmediatamente a esta elección.
La fecha elegida, 21 de diciembre, es un jueves; mientras que en España la jornada electoral tradicionalmente es un domingo. Debido a eso, los expertos pronostican una participación alta.
Los comicios comenzarán a las 9:00, hora local (08:00 GMT) y cerrarán a las 20:00 (19:00 GMT), y los resultados se espera que estén unas horas más tarde.
QUÉ HACE A ESTA ELECCIÓN TAN ESPECIAL
Pocas campañas incluyen a un dirigente prófugo que asiste a los mitines electorales vía videoconferencia o a un candidato entrevistado por radio desde la cárcel.
El ex presidente del gobierno catalán, Carles Puigdemont, dirigente de Junts Per Catalunya, es buscado por los tribunales españoles que investigan cargos de rebelión y sedición por los sucesos que condujeron a la declaración de independencia del 27 de octubre.
Puigdemont está en Bruselas desde su destitución y podría ser arrestado si regresa a España.
Su ex vicepresidente, Oriol Junqueras, de Esquerra Republicana, ha intentado hacer campaña desde la cárcel cerca de Madrid, donde se encuentra alojado. El viernes recibió una reprimenda por llamar a un programa de la radio catalana aprovechando sus escasos derechos de hablar por teléfono.
Por su parte, la intervención del gobierno español en la región confiere a los comicios una importancia nacional, porque los resultados se leerán también como un castigo o una aprobación para los partidos contrarios a la independencia, que apoyaron las medidas del Gobierno central, dirigido por el conservador Partido Popular (PP).
DESINFORMACIÓN Y HACKEO
Las autoridades españolas han tomado medidas especiales en previsión de ciberataques, ya que los servicios de inteligencia camparon una presunta campaña de desinformación para desestabilizar a Cataluña proveniente de territorio ruso. El Gobierno no ha presentado pruebas concretas y ha evitado vincular los ataques directamente con el Kremlin.
Los separatistas cuestionan la legitimidad de la elección y promueven un recuento alternativo de votos mediante voluntarios en los casi 2.700 lugares de votación.
El recuento de votos es manual y público. Las computadoras solo se utilizarán para publicar los resultados.
DESENLACES PROBABLES
Todas las encuestas pronostican que ningún bloque alcanzará el mínimo de 68 bancas parlamentarias, la mayoría necesaria para formar gobierno.
Las negociaciones a partir del viernes serán cruciales, y los pronósticos más recientes dan la ventaja al partido secesionista de Junqueras. Segunda y prácticamente empatada con él está Inés Arrimadas, una abogada de 34 años que dirige la respuesta local al separatismo, el partido proempresarial Ciudadanos.
Si ganan los separatistas, la ERC de Junqueras y los seguidores de Puigdemont podrían tratar de repetir la coalición separatista destituida en octubre con el apoyo del partido antiestablishment CUP. Pero su alianza ha sufrido las convulsiones de la movilización por la independencia.
Arrimadas, además del reto de ser la primera mujer presidente de Cataluña, necesita el apoyo de la filial local del Partido Popular de Rajoy y de los socialistas, que promueven una vía intermedia: mayor autonomía dentro de España.
Si ninguno obtiene las bancas suficientes, como pronostican las encuestas, la clave será Catalunya en Comu, la versión regional del partido de izquierda Podemos, que se opone a la independencia, pero promueve un referendo vinculante. Su candidato principal, Xavier Domenech, dice que no apoyará a Arrimadas ni a Puigdemont para la presidencia, y en cambio buscará una coalición de izquierdas con los socialistas y el ERC.
OTROS PROBLEMAS QUE HAN SURGIDO
La economía es uno de los temas más discutidos en la calle, con la caída del turismo, las revisiones a la baja del PIB y la incertidumbre política que ha llevado a miles de empresas a trasladar sus sedes fuera de Cataluña, durante largo tiempo una usina económica del país.
Aunque la independencia domina totalmente el debate, se ha criticado a los candidatos por desconocer los altos índices de desempleo y no promover medidas contra la corrupción o para revertir una brecha de ingreso que aumenta constantemente.
(Con información de AP y EFE)
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