¿Por qué proliferan los cementerios de bicicletas en China?

Un sistema de devolución que permite prescindir de las estaciones tradicionales se ha vuelto en un problema fuera de control para las autoridades

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Vista aérea de un cementerio
Vista aérea de un cementerio de bicicletas en las afueras de Hangzhou, China

Los servicios de bicicletas compartidas prometían ser la mejor solución a los problemas de tráfico y polución del aire que complican la vida de millones que habitan las megalópolis del gigante asiático. Pero como suele suceder en muchos casos, lo que puede funcionar con éxito en un determinado contexto, en ocasiones falla rotundamente cuando se lo intenta aplicar en otro ámbito.

Tal es el caso de los programas que permiten rentar una bicicleta en distintos puntos de la ciudad, para usarla por unos pocos minutos y depositarlas más tarde en una estación cercana al destino final. Mientras que ciudades como Ámsterdam y Copenhagen se ubican año a año primeras en los rankings que destacan a las urbes más amigables con los ciclistas, la situación en otras latitudes es diametralmente opuesta.

La industria de las bicicletas
La industria de las bicicletas compartidas en China ha experimentado una explosión en la última década

En el caso de China, donde una pujante clase media de imparable crecimiento, valora el poder adquirir el primer vehículo familiar para circular por la ciudad a pesar de los constantes atascos y el efecto negativo de la circulación de cientos de miles de vehículos sobre la calidad del aire, la situación dista de ser la cercana al ideal que se vive en distintas partes de Europa.

La ciudad de Xiamen es uno de los ejemplos más notorios del fracaso de los sistemas de bicicletas compartidas, donde hoy deben lidiar con verdaderos cementerios de vehículos de dos ruedas debido a que los usuarios simplemente las abandonan en calles, veredas, plazas y cualquier otro sitio que encuentren, lo que genera verdaderas montañas de bicicletas acumuladas en desuso.

Empleados de gobiernos locales tienen
Empleados de gobiernos locales tienen la dura tarea de acumular las bicicletas en sitios destinados a su almacenamiento

La policía local se ve obligada a llevar adelante faraónicas tareas de recolección para llevarlas a distintos sitios destinados especialmente para su acumulación. El problema se originó cuando distintas compañías comenzaron a ofrecer a los ciclistas la posibilidad de dejar sus bicicletas rentadas donde quisieran, sin tener que ir específicamente a una estación de devolución.

El sistema que prescinde de dichos centros de recolección y entrega permite a los usuarios bloquear y desbloquear las bicicletas mediante una app, independientemente si se encuentran enganchadas a una estación creada para su estacionamiento o no. Lo que en un principio prometía liberar a los ciclistas de los puntos de devolución fijos y acercarse más a su destino final se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para las autoridades y residentes.

La agencia de noticias estatal china reportó recientemente que el número de quejas de vecinos vinculadas a bicicletas abandonadas es tal que las autoridades directamente comenzaron a acordonar cientos de bicicletas juntas para evitar que se sigan formando más polos de acumulación. Miembros tanto del gobierno local como nacional han comenzado a urgir a las empresas de bicicletas compartidas a que tomen acciones concretas ante la amenaza de ser duramente sancionadas.

A pesar de la proliferación
A pesar de la proliferación de los cementerios de bicicletas, los vehículos de dos ruedas continúan siendo fundamentales para la movilidad urbana de millones de chinos

Oficiales de la ciudad sureña de Shenzhen junto a miembros del comité de transporte local y administración urbana convocaron a representantes de firmas como Mobike y Ofo, dos de los principales referentes del bike sharing, para discutir posibles soluciones a una problemática que se encuentra fuera de control.

Según reporta el South China Morning Post, decenas de compañías que rentan bicicletas por medio de una aplicación para el smartphone han ido surgiendo alrededor de las principales ciudades del país, lo que atrajo más de USD 2 mil millones en fondos los pasados 18 meses y convirtió a la industria en una de las más atractivas para inversores privados.

La bicisenda elevada de Xiamen
La bicisenda elevada de Xiamen se convirtió en la más grande del mundo con capacidad para que 2.000 bicicletas circulen en simultáneo

Varias ciudades chinas han comenzado a implementar sus propias regulaciones sobre las bicicletas compartidas, a la vez que se le ha prohibido a muchas compañías seguir sumando más unidades a su servicio hasta que solucionen el problema urgente del abandono.

Hace sólo días la start up Bluegogo, tercera en importancia en el país con 20 millones de usuarios registrados durante su apogeo, anunció que cerraría sus puertas por falta de inversión externa, algo que anticiparía un desenlace similar para otros gigantes a menos que se tomen las medidas necesarias para volver a poner a la industria en el camino correcto.

Otros sistemas de bicicleta compartida que prescinden de las estaciones de devolución han fracasado y tenido que ser prohibidos en ciudades como Londres, mientras que San Francisco, Nueva York y Washington buscan darle un intento al polémico método.

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