La primera radio de Túnez y la primera legal del mundo árabe dirigida por miembros del colectivo LGTB se emite desde hoy en un estudio anónimo de la capital tunecina, desde donde busca defender los derechos de esa comunidad en el que se considera el país árabe más avanzado en ese ámbito.
"Hoy hemos dado otro gran paso en este camino pedregoso. Dignidad e igualdad son dos palabras que terminarán con la homofobia. Aquel que no lo entienda ya puede abrir un libro y dejarnos proseguir con este sueño", afirma Bouhdid Belhadi, el director general y presentador de la emisora Shams (Sol).
Este no ha sido un estreno fácil, salteado de todo tipo de trabas burocráticas, pero también de recelos y amenazas
Un trayecto que ha impulsado la embajada de Holanda en Túnez -que financia el proyecto- y que ha desatado una gran polémica en las redes sociales desde que se anunciara su existencia de forma oficial.
Una de sus presentadores estrella será Amina Seboui, antigua miembro del movimiento feminista Femen, que se dio a conocer a comienzos de 2013 en las redes sociales como la primera mujer árabe y musulmana en protestar con sus pechos desnudos y una leyenda en árabe que decía: "Mi cuerpo me pertenece".
Belhadi insiste en la importancia de que el colectivo LGBT tenga su propio altavoz, ya que "los medios tunecinos, por desgracia, no tratan el tema de la homosexualidad ni reflejan la situación real de nuestros derechos de manera objetiva", subraya.
En tan sólo una semana un total de 3.652 mensajes de amenazas e insultos y 26 tentativas de pirateo en las redes sociales
Si bien Radio Shams se reivindica como la primera emisora LGBT en el mundo árabe, lo cierto es que a comienzos de 2011 ya se lanzó la cadena web Gay Radio, aunque solo emitía algunas horas en días alternos a la semana y la iniciativa no duró mucho tiempo.
La asociación, constituida y legalizada en 2015, defiende los derechos de todas las minorías sexuales y lucha por la despenalización de la homosexualidad en Túnez, un país en que la mayoría musulmana la condena.
Desde entonces, exige la derogación del artículo 230 del Código Penal tunecino que "convierte la homosexualidad en un crimen, lo que es una vergüenza del Estado", recordó Belhadi, y que permite los exámenes anales.
Además, castiga con hasta tres años de cárcel las relaciones homosexuales. En 2014, varias organizaciones por los derechos civiles lanzaron una propuesta para anularlo, pero fue rechazada por el Gobierno.
Aún así, solo el hecho de que la asociación pueda existir y actuar de forma legal y abierta convierten a Túnez en el país árabe más avanzado en este terreno.
Con información de EFE
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