Presuntos rebeldes ugandeses mataron al menos a 15 Cascos Azules tanzanos de las fuerzas de mantenimiento de paz de Naciones Unidas e hirieron a otros 53 en un asalto a una base en el Congo, un ataque calificado por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, como el peor a la organización en la historia reciente.
El presidente de Tanzania, John Magufuli, dijo que estaba "conmocionado y entristecido" por las muertes, que ocurren en medio de la creciente violencia contra civiles, las fuerzas armadas y las tropas de la ONU en las fronteras orientales de la República Democrática del Congo.
El jefe de la ONU dijo que el ataque constituyó un crimen de guerra e instó a las autoridades congoleñas a investigar y "llevar rápidamente a los perpetradores ante la justicia".
"Quiero expresar mi indignación y el dolor por el ataque de anoche", dijo Guterres a periodistas en la sede de la ONU en Nueva York. "No debe haber impunidad para tales ataques, ni aquí ni en ningún otro lado".
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas condenó el ataque el viernes y guardó un momento de silencio por las víctimas.
La portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, escribió en Twitter que Estados Unidos estaba "consternado por el horrible ataque".
Tropas de la ONU aún estaban buscando a tres soldados de paz que desaparecieron durante el tiroteo de más de tres horas que estalló al anochecer el jueves, dijo Ian Sinclair, director del Centro de Crisis y Operaciones de Naciones Unidas.
Funcionarios de la ONU dijeron que sospechaban que militantes de las Fuerzas Democráticas Aliadas organizaron el asalto a la base en la ciudad de Semuliki, en el territorio Beni de Kivu del Norte. Este es un grupo rebelde islamista que ha estado activo en el área.
La misión de la ONU en el Congo, MONUSCO, dijo que estaba coordinando una respuesta conjunta con las fuerzas armadas congoleñas y evacuando a los heridos de la base.
Por su parte, Guterres condenó de forma "inequívoca" lo ocurrido y advirtió de que este tipo de "ataques deliberados" contra los "cascos azules" de la organización son "inaceptables" y constituyen un "crimen de guerra" que no puede quedar en la impunidad.
Por todo ello, el diplomático portugués hizo un llamamiento a las autoridades de la RDC para que abran una investigación de lo ocurrido que permita llevar a los responsables ante la justicia "lo antes posible".
"Estos últimos ataques vuelven a poner en evidencia la urgencia de ofrecer ayuda a las personas que necesitan nuestro apoyo y de afrontar la volátil situación que está viviendo ese país", añadió el secretario general.
Finalmente, envió sus condolencias a los familiares de las víctimas, de nacionalidad tanzana, y recordó los "enormes sacrificios" que hacen los países que aportan contingentes militares a las misiones de paz de la ONU "al servicio de la paz mundial".
El noreste de la RDC lleva años sumido en un largo conflicto entre numerosos grupos rebeldes con matanzas a pesar de la presencia del Ejército congoleño y de las fuerzas de la Misión de Naciones Unidas (MONUSCO).
Se calcula que un promedio de más de 5.500 personas abandonan sus hogares cada día en este país en el que más de 70 grupos armados luchan por el control de los recursos, a lo que se suma la demora de la celebración de elecciones presidenciales.
Según el Observatorio de Desplazamiento Interno (IDMC), más de 1,7 millones de personas se vieron obligadas a huir de sus hogares en lo que va de año debido a la inseguridad, lo que eleva el total de desplazados a 4 millones, más que en Siria o Yemen.
Con información de Reuters y EFE
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