Técnicamente, lo que los astrónomos de Carnegie Science han descubierto es "el agujero negro supermasivo más distante de la Tierra". La palabra "supermasivo" alude en este caso al enorme tamaño que tiene el hallazgo, su gran masa.
Esa escala es la que ha impresionado a los especialistas: corresponde a 800 veces el tamaño del Sol. Y su distancia con nuestra estrella es tan grande en años luz que lo que hoy se puede ver desde el telescopio Magallanes, utilizado en el hallazgo, en realidad ocurrió hace cientos de millones de años.
Esa profundidad temporal permite ilusionarse con conocer qué pasó cuando se formó el universo: "Reunir toda esa masa en 690 millones de años es un desafío enorme para las teorías del crecimiento súpermasivo del agujero negro", dijo Eduardo Bañados, uno de los astrónomos que lidera el equipo de Carnegie que publica el estudio en la revista Nature.
De inmediato, se disparan las teorías sobre qué pasó en los instantes inmediatamente posteriores al Big Bang, el momento en que todo comenzó.
Los astrónomos especulan que el universo primitivo podría haber tenido condiciones que permitieran la creación de agujeros negros muy grandes con masas que alcanzaban 100.000 veces el tamaño del Sol. Esto no sucede en el universo actual, en el que apenas superan al Sol unas 12 veces en tamaño.
El hallazgo se encuentra en un cuásar, objetos extraordinariamente brillantes compuestos por enormes agujeros negros que hacen crecer la materia en el centro de las galaxias más grandes.
"El cuásar que descubrió Bañados es especialmente interesante porque es del tiempo conocido como la época de reionización, cuando el universo emergió de su edad oscura", dijo Bram Venemans, del Instituto Max Planck de Astronomía en Alemania.
Cuando habla de "edad oscura", Venemans se refiere al momento en el que las partículas calientes y llenas de energía que se expandieron en el Big Bang comenzaron a enfriarse y se fusionaron. El universo era entonces oscuro.
Luego, la fuerza de la gravedad condensó la materia, se formaron los planetas y sus galaxias, el hidrógeno se ionizó y el universo se volvió transparente a la luz.
De ese momento, se estima, data el cuásar analizado por Bañados. Eso le permite estudiar un episodio que ocurrió en un tiempo increíblemente lejano, antes de que las primeras estrellas y galaxias se hayan formado totalmente. Los resultados de su trabajo serán motivo de análisis de los astrónomos en los próximos años.
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