Abd Rabbo Mansur Hadi, presidente del gobierno de Yemen internacionalmente reconocido, ordenó este lunes a sus tropas reconquistar la capital Saná con el apoyo de la coalición liderada por Arabia Saudita, en un medio de un fuerte conflicto interno entre los insurgentes, que ya se cobró la vida del ex presidente Ali Abdullah Saleh.
"El presidente dio como orden a su vicepresidente Ali Mohsen Al Ahmar, que se encuentra en Marib (al este de Saná), de activar la marcha de las tropas hacia la capital", controlada desde 2014 por los rebeldes hutíes apoyados por Irán, declaró a la AFP un alto responsable hutí.
La operación se llama Saná, la árabe.
La alianza insurgente de hutíes y seguidores del ex presidente Saleh entró en conflicto el fin de semana, con un saldo de cientos de muertos, y el líder de esta última fuerza se mostró abierto a "pasar la página" con los Gobiernos de Hadi y de Arabia Saudita, antiguos enemigos.
En este contexto, los hutíes atacaron el lunes un convoy en el que Saleh intentaba escapar y lo asesinaron, tomando el control total de la ciudad.
El gobierno de Hadi acusa a Irán de apoyar a los hutíes, que controlan la capital desde hace tres años, estimando que Saná está bajo "influencia persa".
La operación anunciada el lunes, según el miembro del entorno de Hadi, consistiría en tomar la capital desde diferentes frentes, principalmente del este y del noreste.
Según fuentes militares progubernamentales en Marib, siete batallones recibieron la orden de dirigirse hacia la capital en el frente este.
Estas fuerzas mantienen posiciones en la zona de Naham, al noreste de Saná, y están apoyadas por la aviación de Arabia Saudita y de los Emiratos Árabes Unidos en la provincia petrolera de Maarib, ubicada a 190 kilómetros al noreste de la capital, según reportó la agencia EFE.
Poco antes de este anuncio, el primer ministro yemení, Ben Dagher, afirmó que el Presidente ofrecería "una amnistía general y total" a todas las personas que dejen de colaborar con los hutíes.
"El presidente propondrá próximamente una amnistía general a todos los que colaboraron con los hutíes y decidieron retractarse", declaró Dagher en un discurso en Adén, la gran ciudad del sur que se ha convertido en capital del gobierno reconocido por la comunidad internacional.
Una brutal guerra civil en la península arábiga
El conflicto que asola al país más pobre del mundo árabe tiene sus raíces en 2011, cuando una serie de protestas masivas enmarcadas en la llamada Primavera árabe llevó al colapso del gobierno autoritario de Saleh, presidente desde 1990.
Su sucesor, Hadi, no pudo evitar una crisis política en medio de la transición y los seguidores del movimiento del líder chiita Hussein Badreddin al Houthi, un grupo insurgente que ya había chocado con el gobierno de Saleh, aprovecharon para tomar Saná en 2014, expulsando al nuevo gobierno.
En ese momento, la entrada triunfal de los hutíes fue vista por algunos como el fin de la incertidumbre y la inestabilidad política y un contrapeso para el crecimiento del poder de Al Qaeda en el país, y entonces los seguidores de Saleh, entre los que había numerosos militares, formaron una alianza con los rebeldes para formar el Consejo Político Supremo en 2015.
Desde entonces, estalló una cruenta guerra civil y dos gobiernos coexisten en el mismo territorio. El oficial, del presidente Hadi, con capital en Aden, reconocimiento internacional y apoyo militar de una coalición árabe que lidera Arabia Saudita. Y el gobierno rebelde, con capital en Saná, con el apoyo no reconocido de Irán y sin reconocimiento internacional.
Se estima que 8.600 personas han muerto y 49.000 resultaron heridas en los combates desde 2015, especialmente debido a los ataques aéreos de la coalición árabe. En tanto, unas 20 millones de personas se encuentran en riesgo humanitario por el bloqueo aéreo, terrestre y marítimo sobre el territorio controlado por los hutíes.
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