Francisco llegó ayer a Dacca procedente de Myanmar y como explicó en su discurso a las autoridades de Bangladesh, su prioridad en este viaje es mostrar cercanía a la pequeña comunidad católica de menos de 500.000 personas y que representa cerca del 0,2% de la población.
Ante los entusiastas fieles, procedentes de todas las partes del país, muchos de ellos llegaron tras viajar durante toda la noche, Francisco comenzó con un recorrido con el papamóvil, que fue saludado con gritos de "Viva el Papa" en la lengua local.
Las autoridades afirmaron que los asistentes a la misa fueran cerca de 100.000.
Entre ellos, un sacerdote español, Benjamín Gómez, que trabaja como misionero de las zonas tribales del norte del país y que ha llegado con tres autobuses, uno de ellos, con 40 huérfanos, de los que se ocupa su comunidad.
Por eso, a ellos, el Papa les dedicó una palabras improvisadas para agradecerles su generosidad por estos sacrificios.
"Sé que algunos habéis venido en viajes que han durado hasta dos días. Gracias por vuestra generosidad, esto indica el amor que tenéis por la Iglesia, el amor que tenéis por Jesucristo", dijo.
A los fieles les pidió que rezaran por los sacerdotes de Bangladesh, especialmente por estos que hoy recibirán el sacramento.
La Iglesia católica local consideró un regalo del Papa que durante esta ceremonia se ordene a 16 sacerdotes, 10 son diocesanos, uno es de los Oblatos de María y 5 son de la Congregación de la Santa Cruz. Todos ellos eran estudiantes en el Seminario Mayor de Espíritu Santo, el único en el país, que cuenta actualmente con cerca 400 seminaristas.
No hubo homilía
En la misa, el Papa no pronunció una homilía dedicada a los fieles —una práctica que la Iglesia comenzó hacia el año 100 después de Cristo—, a quienes saludó después, sino una alocución tomada del ritual de las ordenaciones de presbíteros en la que les recuerda que son "colaboradores de los obispos, con quienes en unidad de sacerdocio están llamados al servicio del pueblo de Dios".
"Os corresponde la función de enseñar en nombre de Cristo, el Maestro. Transmitid a todos la Palabra de Dios, que habéis recibido con alegría", les dijo el Pontífice.
Uno de los nuevos sacerdotes es el joven Jashim Murmu, oriundo de la diócesis de Dinajpur, que será el primer sacerdote de su villa, enteramente formada por habitantes pertenecientes a la tribu santal, según explicó la agencia vaticana que se ocupa de las misiones Asianews.
El ritual de la ordenación de sacerdotes comenzó con la introducción, en la que se pronuncia el nombre de cada candidato y ellos respondieron en inglés "presente", y después los presbíteros contestaron a las preguntas del Papa sobre sus promesas de fidelidad, castidad y de obediencia .
Después, los nuevos sacerdotes se tumbaron en el suelo en señal de humildad ante el pontífice y posteriormente uno a uno pasaron delante de Francisco para que les impusiera sus manos en la cabeza, un gesto que simboliza la bajada del Espíritu Santo.
También se les ungieron las manos con aceites, que simbolizan los sacramentos que podrán impartir desde ahora.
En Bangladesh, un país con 163 millones de habitantes, donde el 90% son musulmanes, la Iglesia católica cuenta con una arquidiócesis y siete diócesis en las que hay 34 congregaciones religiosas, de las que forman parte 380 sacerdotes, 115 religiosos y 1.500 monjas, según datos de Asianews.
(Con información de EFE)