La discriminación es mala para la salud

El racismo, el sexismo y otras formas de odio a las personas no solo hacen daño psicológico, sino, también, físico: el cuerpo vive saturado de hormonas, como cortisol y adrenalina, que se vuelven peligrosas

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“Los refugiados no son bienvenidos”:
“Los refugiados no son bienvenidos”: un cartel discriminatorio en el Reino Unido

La discriminación por raza, etnia, género, orientación sexual o religión causa problemas reconocidos: salarios más bajos, pérdidas de trabajo. problemas para el acceso a la vivienda o a los cuidados médicos, entre otros visibles. Pero también causa otros más invisibles: daña el cuerpo, que vive en un estado de estrés crónico, generando innecesariamente hormonas como adrenalina y cortisol, que se vuelven peligrosas.

"Actúa como una especie de suma de microtraumas que pueden terminar por herir a la persona y afectar su biología", dijo el médico Roberto Montenegro a la radio NPR. "No se trata solo de sentimientos heridos. Se trata, también, de la biología herida".

Montenegro, quien trabaja como investigador de psiquiatría pediátrica en el Hospital de Niños de Seattle, comenzó su indagación a partir de su propia experiencia de la discriminación: es latino. Según una encuesta de la fundación Robert Wood Johnson, aproximadamente un tercio de los latinos en los Estados Unidos reportaron haber vivido "varias clases de discriminación" debido a su etnia.

En los EEUU hubo marchas
En los EEUU hubo marchas contra la expulsión de latinos indocumentados (Getty)

"En varias conferencias de investigadores, académicos a los que Montenegro no conocía le pidieron bebidas. En la facultad de Medicina y durante su residencia solían tomarlo por un técnico de hospital, aunque llevara un delantal de médico", escribió Rae Ellen Bichell en el sitio de la radio. En una ocasión, mientras esperaba a la salida de un restaurante que le alcanzaran su automóvil, una mujer se bajó del suyo y le entregó las llaves. Todos los valets eran latinos como él.

Montenegro se quedó inmóvil. "Recuerdo que el corazón se me salía del pecho. Recuerdo que me sentí confundido, y también herido y enojado". Son las manifestaciones de un mecanismo de defensa primitivo, que permitió la perdurabilidad del ser humano: ante un peligro, las hormonas del estrés causan la reacción de lucha o huida.

El ritmo cardíaco se acelera. La hiperexcitación paraliza y prepara la decisión de enfrentar el peligro o escapar de él. En la prehistoria, la fuente de amenaza podía ser un animal depredador; una vez que la intimidación terminaba, también desaparecía la respuesta física.

Pero en la vida moderna, el estrés está en todas partes. La repetición del proceso de alerta hace que el cuerpo quede con altos niveles constantes de cortisol y adrenalina. El estrés se vuelve así contraproducente y abre la puerta a una miríada de problemas de salud.

El estrés crónico inunda el
El estrés crónico inunda el cuerpo de hormonas y afecta los sistemas cardiovasculares, inmunológico y neuroendócrino

"Cuando uno empieza a preocuparse por algo, sea la raza u otra cosa, eso inicia una respuesta biológica de estrés", dijo a NPR Amani Nuru-Jeter, epidemióloga social de la Universidad de California en Berkeley, quien estudia el modo en que el racismo daña el cuerpo de quienes lo sufren. En su investigación ha encontrado correlaciones entre la experiencia repetida de la discriminación y la aparición de síntomas físicos.

"La elevación y la circulación prolongadas de las hormonas del estrés pueden ser muy tóxicas y poner en peligro la capacidad de nuestro cuerpo para regular sistemas biológicos claves, como el cardiovascular, el inflamatorio y el neuroendrócrino", dijo a Bichell. "Realmente quedamos susceptibles a un montón de consecuencias malas para la salud".

En un estudio sobre afroamericanas halló que el estrés crónico de sufrir racismo se asocia a una leve inflamación constante, como tener unas líneas de fiebre todo el tiempo.

Como no existe "un termómetro para el racismo", señaló la autora del artículo, los estudios no suelen ser concluyentes, pero en conjunto dan una idea general contundente sobre el modo en que se relacionan la discriminación, el estrés y la mala salud.

La discriminación por género, como
La discriminación por género, como otras formas, genera en la víctima un estado de estrés crónico

A modo de ejemplo citó la el trabajo de Arline T. Geronimus, una experta en conducta de la Universidad de Michigan, quien estudió el caso de una redada masiva de inmigrantes en Postville, Iowa.

Unos 900 agentes federales, que desplegaron un operativo que llegó a contar con helicópteros Black Hawk, buscaban trabajadores indocumentados en una procesadora de carne. A quien tuviera cara de latino, lo arrestaban: así más del 10% de la población del pueblo fue llevada a un recinto enjaulado donde se guarda el ganado y acusada de tener documentación falsa.

Aunque en los tribunales se vio que para la mayoría no era el caso, el pueblo quedó traumatizado. "La gente tenía miedo de volver a sus casas por temor a nuevas redadas. Dormían en los bancos de las iglesias", dijo Geronimus a NPR.

El estrés crónico de sufrir racismo se asocia a una leve inflamación constante, como tener unas líneas de fiebre todo el tiempo

Según un estudio que la investigadora publicó en la Revista Internacional de Epidemiologíaen los meses que siguieron varias mujeres latinas de Iowa dieron a luz a bebés con bajo peso. Al estudiar 52.000 bebés nacidos en los nueve meses posteriores a la redada y el mismo período un año antes y un año después, encontraron que luego del episodio estresante aumentó la cantidad de bebés nacidos con bajo peso: creció un 24% aun entre las madres que tenían documentos y que ni siquiera habían estado en la planta.

No había sucedido antes ni se repitió después. "Hubo un pico que sucedió exactamente cuando fue la razzia", dijo la científica. "Existe mucha investigación que sugiere que el estrés durante el embarazo puede provocar vías metabólicas, inmunológicas e inflamatorias complejas y puede aumentar el riesgo de nacimiento de niños con bajo peso".

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