El ministerio de Unificación de Corea del Sur advirtió este martes que el régimen de Kim Jong Un, en el Norte, podría anunciar el éxito de su programa de armas nucleares en un año, mucho antes de lo esperado por la mayoría de los expertos.
Pyongyang realizó su primera prueba de una bomba nuclear en 2006, pero entre 2016 y 2017 pareció aumentar la velocidad de sus investigaciones y realizó otras tres pruebas llevando el total a seis. Además, en 2016, el régimen desarrolló con éxito su primera bomba de hidrógeno, y un año después anunció haber logrado miniaturizar el dispositivo, fase previa para montarlo en un misil.
"Los expertos creían que Corea del Norte necesitaría de dos o tres años más de desarrollo de sus capacidades nucleares, pero están avanzado más rápido de lo esperado y no podemos descartar que Pyongyang declare el éxito total de su programa en un año", dijo Cho Myoung-gyon, ministro de Unificación, en una conferencia de prensa en Seúl citada por la agencia Reuters.
Cuando esto ocurra, Corea del Norte se convertirá, de hecho, en una potencia nuclear, parte de un selecto grupo de países que incluye a los Estados Unidos, Rusia, Gran Bretaña, Francia, China, India, Pakistán y, según reportes sin confirmar, Israel.
También existe un grupo de países que alberga armas nucleares en su territorio en el marco de alianzas estratégicas, entre estos, Turquía, Alemania y Australia.
El hermético país comunista ya contaría con un pequeño arsenal de bombas nucleares, aunque su disponibilidad, poder y estado no se conocen. Pero no se le atribuye, aún, la capacidad de poder lanzar estas armas mediante bombarderos o misiles.
En lo referido a este último punto, Pyongyang ha estado también acelerando su programa de desarrollo de misiles balísticos con la capacidad de alcanzar otros continentes, y en 2017, las pruebas han aumentando, incluyendo el lanzamiento de proyectiles de prueba que volaron por encima de las islas de Japón.
La situación ha provocado una crisis entre el régimen del líder Kim Jong Un y la comunidad internacional, especialmente Estados Unidos, Corea del Sur y Japón, pero así también en el Consejo de Seguridad de la ONU, que ha aumentado, con el apoyo de China y Rusia, las sanciones que tienen, por fin, impedir el avance del programa nuclear, aparentemente sin éxito.
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