La tensión en la frontera entre Corea del Norte y Corea del Sur, una de las más peligrosas del planeta, sigue aumentando tras la deserción de un soldado del ejército del régimen de Kim Jong Un hace dos semanas.
El ministro de Defensa de Seúl, Song Young Moo, visitó este lunes el sitio donde Oh Chunsung, el soldado del régimen que recibió varios disparos de sus compañeros, logró cruzar y ser atendido por médicos surcoreanos.
El joven de 24 años fue operado por sus heridas, y en su interior hallaron una gran cantidad de parásitos, signo de una pobre alimentación. Además, estaba enfermo de hepatitis B.
Song se encontró con tropas de su país y de los Estados Unidos en la aldea de Panmunjom, que funciona como frontera, ante la mirada atenta de las tropas norcoreanas, que en los últimos días han estado reforzando la zona para evitar nuevas deserciones.
El funcionario fue incluso llevado al punto exacto en el que el desertor, herido de bala, se cobijó, ya del otro lado de la frontera.
Además de las deserciones, la tensión en la región ha venido en aumento en el último año por las numerosas pruebas de misiles balísticos y de armas nucleares del régimen, así como por los ejercicios militares de Seúl y Washington, que en conjunto han creado preocupación por una posible guerra nuclear.
"Cualquier uso de un arma nuclear por parte del Norte recibirá una respuesta militar masiva, efectiva y abrumadora", advirtió el sábado el secretario de Defensa de los Estados Unidos, Jim Mattis, en una reunión junto a Song.
"Creemos que no merece la pena desplegar armas nucleares tácticas en la península coreana", matizó el ministro surcoreano según la agencia AFP, añadiendo que Seúl es capaz de responder a los potenciales ataques nucleares del Norte sin disponer de su propia arma nuclear.
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