Tras la caída de Robert Mugabe, que gobernó con puño de hierro Zimbabwe desde su independencia hace 37 años, todavía quedan en el mundo diez dictadores que manejan a gusto sus países desde hace más de dos décadas. Todos son presidentes de regímenes formalmente democráticos, pero que operan como autocracias. En eso se diferencian de jefes de Estado como Muda Hassanal Bolkiah, que es sultán de Brunéi desde hace más de 50 años. Brunéi, al igual que Arabia Saudita, Qatar y Omán, es una monarquía absoluta en la que el rey gobierna de por vida porque así lo establece el orden instituido. Tampoco se toman en cuenta aquí regímenes como el de Cuba o Corea del Norte, donde el poder se ha heredado entre distintos integrantes del mismo clan familiar a lo largo de las décadas.
Los diez dictadores con más años en el poder tienen mucho en común. Casi todos están por encima de los 70 años (promedian 72) y llegaron al poder en momentos de grandes crisis nacionales. Algunos incluso fueron considerados héroes, debido a que derrocaron a otras dictaduras, porque fueron importantes en la independencia de sus países o porque pusieron fin a una guerra civil. Pero la mayor coincidencia no están en sus rasgos personales, sino en las características de las sociedades que los entronizaron.
Siete son países del centro de África y los otros tres son ex repúblicas soviéticas. En promedio, tienen un Índice de Desarrollo Humano de 0,56 sobre 1, muy por debajo de la media mundial, que es de 0,69. Todos tienen recursos económicos y sociales muy escasos, controlados por una pequeña elite. Los datos de corrupción son aún peores. Según el índice que elabora Transparencia Internacional, promedian 24 puntos sobre 100, casi la mitad de la media global, 43. Esto se debe a que tienen estados muy débiles, sin división de poderes ni burocracias autónomas y competentes, lo que facilita que alguien pueda adueñarse de esas estructuras y usarlas en su beneficio.
Pero, por sobre todas las cosas, son países sin historia democrática. Hay sociedades pobres y repletas de problemas, pero que pudieron desarrollar regímenes pluralistas. Y una vez que arraiga, la democracia es difícil de derribar. Pero cuando ésta no llega a establecerse, es posible que una persona, con un reducido séquito, consiga manejar una nación como una estancia familiar.
Los 10 dictadores que están hace más tiempo en el poder
1. Teodoro Obiang Nguema (Guinea Ecuatorial): 38 años, tres meses y 22 días
Militar de carrera, llegó a la presidencia en 1979 tres liderar un golpe de Estado que derrocó a su tío, Francisco Macías Nguema, primer mandatario electo tras la descolonización del país. Obiang fue muy popular, porque Macías Nguema se había convertido en un dictador brutal, que gobernó 11 años por medio del terror. Tras ejecutar a su tío y resistir varios alzamientos, formó el Partido Democrático de Guinea Ecuatorial y convocó a elecciones presidenciales en 1989. Esos comicios, y los que vinieron, los ganó siempre con cifras superiores al 90% de los votos. Obviamente, en todos ellos el fraude fue un elemento central. Los opositores son perseguidos, así que no tienen muchas posibilidades de presentar una alternativa política.
2. Paul Biya (Camerún): 35 años y 19 días
Tras estudiar Derecho Público y Relaciones Internacionales en París, regresó a Camerún y empezó a trabajar en el gobierno del primer presidente post colonial, Ahmadou Ahidjo, que gobernó entre 1960 y 1982. Escaló posiciones hasta llegar al cargo de primer ministro en 1975. Cuando Ahidjo fue presionado para renunciar por problemas de salud, Biya era el heredero natural. Pero el mandatario saliente no estaba tan enfermo: en 1984 lideró un fallido alzamiento para recuperar el cargo. Eso le dio a Biya la oportunidad para aumentar la represión, descabezar a todos los potenciales disidentes y consolidar su poder. En 1992 atravesó una de sus mayores crisis y debió convocar a elecciones autorizando a otros partidos a participar. El Frente Democrático Social de John Fru Ndi se proclamó ganador con el 38,6%, pero el Tribunal Supremo, controlado por Biya, resolvió que él fue el verdadero vencedor por un inexplicable 75% de los votos. Desde ese momento perfeccionó los mecanismos de manipulación electoral y consiguió triunfos sin sobresaltos. Las denuncias por violaciones a los derechos humanos son habituales.
3. Yoweri Kaguta Museveni (Uganda): 31 años, nueve meses y 28 días
Era un profesor de escuela altamente politizado, que se incorporó de joven a distintos movimientos guerrilleros. Primero contribuyó en el derrocamiento del brutal dictador Idi Amin (1971 – 1979), autodenominado "Conquistador del Imperio Británico". Luego lideró el Ejército de Resistencia Nacional contra su sucesor, Milton Obote. Gobernó entre 1986 y 1996 sin llamar a elecciones, hasta que empezó a aceptar ciertas formas de participación opositora muy limitadas. Entre sus políticas públicas más nefastas se destaca su persecución sostenida de los homosexuales. En más de una ocasión amenazó con castigarlos con pena de muerte, aunque desistió.
4. Omar Hasan Ahmad al Bashir (Sudán): 28 años, cuatro meses y 24 días
Tras una larga trayectoria militar en Egipto, se convirtió en una figura central de su país en la Segunda Guerra Civil de Sudán, que comenzó en 1983 y concluyó recién en 2005, con la secesión de Sudán del Sur. El conflicto, que terminó con casi 2 millones de civiles muertos, le permitió acumular mucho poder a Al Bashir, que lideró un golpe de Estado en 1989 contra el primer ministro Sadiq al-Mahdi. En 1993 inauguró un orden constitucional en el que nadie tiene muchas posibilidades de expresarse en su contra. La Corte Penal Internacional con sede en La Haya lo acusó de genocidio y crímenes de guerra en Darfur y pidió en 2009 una orden de arresto que nunca se cumplió.
5. Idriss Déby (Chad): 26 años, 11 meses y 23 días
Se formó como militar en Francia, donde se graduó como piloto de combate. A su regreso participó de la Guerra Civil que terminó con la victoria de su bando, que estaba liderado por Hissène Habré, que gobernó entre 1982 y 1990. Ese año, Déby comandó un movimiento insurgente que derrocó a la terrible dictadura que él había contribuido a consolidar. A diferencia de otros dictadores africanos, aceptó desde un comienzo la participación política de otros partidos, aunque siempre se aseguró de que su permanencia en el poder no estuviera en peligro.
6. Isaías Afewerki (Eritrea): 26 años, seis meses y 27 días
Se formó como militar en China y luego lideró el Frente Popular para la Liberación de Eritrea, que en 1991 consiguió la independencia de Etiopía, reconocida internacionalmente en 1993. Afewerki es el primer y hasta ahora único presidente de este país, que es uno de los que tienen menor desarrollo humano en el mundo, y es además uno de los mayores expulsores de personas: todos los años, miles de eritreos se lanzan al Mar Mediterráneo buscando llegar a Europa para refugiarse del hambre y de la violencia. Su gobierno no admite ninguna forma de oposición y nunca ha convocado a elecciones. Es blanco de algunas de las denuncias de violaciones a los derechos humanos más graves del mundo.
7. Nursultan Nazarbayev (Kazajistán): 25 años, 11 meses y nueve días
Es uno de los máximos líderes del país desde mucho antes de que fuera un estado autónomo, ya que en los 80 fue el titular del Consejo de Ministros de la República Socialista Soviética de Kazajistán. En 1990 llegó a la presidencia de la república, que aún seguía formando parte de la URSS. Fue el primer, y por el momento único, jefe de Estado del país desde su independencia, en 1991. Su partido, Nur Otan, gana por cifras aplastantes todas las elecciones, que no son competitivas ni transparentes.
8. Emomali Rahmon (Tayikistán): 25 años y cinco días
Hizo una importante carrera en el Partido Comunista de Tayikistán, en su rama agropecuaria, cuando el país formaba parte de la Unión Soviética. Su historia es similar a la de Nazarbayev. Ya formaba parte del círculo íntimo del poder cuando se declaró la independencia, en 1991, y ocupó distintos cargos en el breve gobierno de Rahmon Nabiyev, segundo presidente del país. Lo sucedió en 1992 y desde entonces lideró una intensa campaña para arrinconar a las fuerzas islamistas, que son muy fuertes en el país. Tras algunos años en los que tambaleó, logró consolidar un orden monolítico, que le garantiza la reelección indefinida por diferencia siempre abismales con sus limitados opositores.
9. Aleksandr Lukashenko (Bielorrusia): 23 años, cuatro meses y cinco días
Al igual que los dos anteriores, inició su carrera en la URSS. Fue presidente del Partido Comunista de Bielorrusia durante diez años y, tras la independencia, fue titular del Comité Anticorrupción. Desde ese cargo, impulsó en 1993 la caída de Stanislav Shushkévich, primer líder del país en su fase post soviética. Lukashenko ganó en 1994 las primeras elecciones presidenciales y no perdió ninguna desde ese momento, gracias a las trampas de un entramado institucional hecho a su medida y a la persecución de los disidentes.
10. Denis Sassou-Nguesso (República del Congo): 20 años y un mes
Su trayectoria es parecida a la de otros dictadores africanos. Fue un destacado militar que recibió entrenamiento en Argelia y en Francia, y luego volvió a su país con fuertes ambiciones políticas. En 1970, el Partido Congoleño del Trabajo del que formaba parte realizó un golpe armado y fundó un Estado socialista, la República Popular del Congo, liderada por Marien Ngouabi. Éste fue asesinado en 1977 y, tras un breve gobierno de Yhomby-Opango que terminó derrocado, Sassou-Nguesso llegó a la presidencia. En 1992 sufrió la caída del socialismo real, que forzó su salida del poder, y el establecimiento de la República del Congo. Pascal Lissouba se convirtió en el primer presidente del país y Sassou-Nguesso debió exiliarse. Un lustro después volvió para competir en las elecciones, lo que desató una guerra civil que terminó con él victorioso. Llegó a la presidencia el 25 de octubre de 1997 con la promesa de democracia, pero rápidamente se transformó en un dictador.
(Publicada originalmente el 25 de noviembre)
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