Teherán respondió el sábado a los controvertidos dichos del príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salmán, en los que comparó al líder supremo de Irán, el ayatollah Alí Khamenei, con el genocida nazi Adolf Hitler.
El vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores iraní, Bahram Qasemí, dijo que Bin Salmán se ha desacreditado a sí mismo a través de sus comentarios, informó Russia Today.
"Nadie en el mundo y en la arena internacional le está dando crédito por su comportamiento inmaduro y debilucho", afirmó Qasemí, en relación con los dichos del saudita en una entrevista publicada por el New York Times.
"Le recomiendo encarecidamente pensar en el destino de los famosos dictadores de la región en los últimos años, ahora que se está planteando imitar sus políticas y comportamiento como modelo de сomportamiento", dijo Qasemí.
A principios de esta semana, el príncipe saudita afirmó que Khamenei es el "nuevo Hitler de Medio Oriente". "No queremos que el nuevo Hitler de Irán repita en Medio Oriente lo que pasó en Europa", afirmó el príncipe, que también es viceprimer ministro y titular de Defensa saudita.
Signo de que las tensiones entre su país e Irán no van a desaparecer a corto plazo, el príncipe heredero añadió: "Hemos aprendido (de lo que sucedió) en Europa (en la época de Hitler) que la política de apaciguamiento no funciona".
Salmán hacía referencia a que a finales de los años 1930, Reino Unido y Francia aceptaron algunas de las exigencias expansionistas de la Alemania nazi con el objetivo, que demostró ser erróneo, de evitar la guerra.
El pasado 7 de noviembre el príncipe heredero acusó a Teherán de perpetrar una "agresión militar directa" mediante el suministro de misiles a los hutíes en Yemen, donde los sauditas encabezan una coalición militar árabe contra los insurgentes chiítas. Tres días antes, Riad interceptó un misil balístico lanzado desde Yemen contra el aeropuerto internacional de la capital saudita.
La rivalidad entre Teherán y Riad se debe históricamente a la antigua divergencia entre sunitas y chiítas sobre quién es legítimo heredero del profeta Mahoma.
Actualmente, el conservador islam sunita de Arabia Saudita, conocido como wahabismo, considera herejes a los chiitas, y después de la revolución iraní de 1979 los líderes sauditas consideraron a Irán una amenaza para su propio dominio sobre el mundo islámico. Así, en los años posteriores, las dos potencias han respaldado lados opuestos en numerosos conflictos regionales, como en Irak, Siria y Yemen.
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