"Cuando el sheikh dijo 'en el nombre de Dios, el más misericordioso y compasivo', al comenzar el sermón, empezamos a escuchar disparos y bombas. Le dieron a la gente, a todos. Les dispararon a todos", contó Abdullah Abdel Nasser, un sobreviviente de sólo 14 años.
"Después de eso vieron a los niños pequeños y les dijeron que salgan —continuó—. Sacaron a algunas personas de la mezquita, pero no a todos, solo a los niños".
A pesar de que algunos lograron escapar, la masacre en la mezquita frecuentada por sufíes en el norte de la península del Sinaí culminó con 27 niños entre las 305 personas que murieron. El atentado se produjo el viernes, cuando los atacantes colocaron artefactos explosivos de fabricación casera alrededor del templo Al Rauda, situado en Bear al Abd, al oeste de Al Arish —capital del norte del Sinaí— y los hicieron detonar a la salida de los fieles.
Abdullah Suleiman, de 13 años, fue otro de los sobrevivientes que contaron lo que ocurrió. "Estaba afuera de la mezquita, y de pronto empecé a escuchar disparos que venían desde adentro. Los vi corriendo y entré a la mezquita. Vi a todas las personas trepando unas encimas de otras. Estaban tratando de salir, porque tenían miedo. Yo también estaba tratando de salir, cuando una bala me atravesó la pierna", relató.
Tras hacer detonar las bombas, los terroristas comenzaron a disparar a las personas que intentaban huir. Las primeras ambulancias que llegaron a la zona también fueron atacadas por los radicales.
El fiscal que investiga el caso reveló que, según los testigos que entrevistó, los atacantes eran entre 25 y 30, tenían máscaras y vestían uniformes de tipo militar. Arribaron en jeeps y se ubicaron en la puerta y en las ventanas del templo. Además, el investigador contó que muchos dijeron ver que portaban banderas del Estado Islámico.
Lo cierto es que ninguna organización se adjudicó el atentado. De todos modos, tropas egipcias lanzaron como respuesta un ataque aéreo contra un grupo terrorista que podría estar asociado a ISIS.
Las imágenes y videos difundidos en las últimas horas son escalofriantes. Muestran una hilera de cuerpos alineados y ensangrentados en el interior de la mezquita. Además, se puede ver la desesperación de los sobrevivientes, que intentan atender a los heridos. Entre los fallecidos hay al menos 27 niños y seis miembros de una misma familia.
La Unión de las Tribus del Sinaí (UTS) indicó a varios medios que los terroristas "han elegido este momento (para el ataque) por los preparativos del cumpleaños del profeta Mahoma, que será el próximo 30 de noviembre, y eligieron este lugar porque es un centro de educación en contra de la ideología extremista".
En un comunicado, la UTS afirmó que los atacantes cerraron "las puertas de la mezquita y mataron a todos los que rezaban". También revelaron que "un grupo de terroristas permanecieron escondidos, y luego dispararon y huyeron".
Los heridos han sido trasladados a diferentes hospitales en Al Arish, y otros a El Cairo, según dijo una fuente de seguridad a EFE. La presidencia egipcia ha declarado tres días de luto nacional por las víctimas del ataque en la mezquita, y decenas de líderes mundiales han condenado este acto, como afirmó en un comunicado el presidente estadounidense, Donald Trump, que lo ha tildado de "cobarde".
Pocas horas después del atentado, el presidente egipcio, Abdelfatah Al Sisi, prometió en una alocución transmitida por la televisión estatal que las Fuerzas Armadas y la Policía "se van a vengar por nuestros hijos para recuperar la estabilidad, y vamos a responder a este acto con una fuerza brutal".
Una fuente de seguridad indicó a EFE que ya han comenzando las operaciones militares contra posiciones terroristas, pero no hay información por el momento sobre los lugares específicos donde se están llevando a cabo dichas operaciones. Por otro lado, Mohamed Gomaa, analista del Centro de Estudios Políticos y Estratégicos Al Ahram, dijo que "el discurso de Al Sisi está pensando para los egipcios y no para el exterior, con el fin de levantar la moral", y para hacer ver a los egipcios que "la fuerzas de seguridad tienen la situación controlada".
De acuerdo con la televisión oficial egipcia, Al Sisi ha ordenado el pago de 200.000 libras egipcias (unos 11.300 dólares) a las familias de las víctimas mortales, mientras que 50.000 libras (unos 2.826 dólares) irán para las familias de los heridos. En la provincia del Norte del Sinaí, donde está vigente desde 2014 el estado de emergencia, opera la rama egipcia del grupo yihadista Estado Islámico, llamada Wilayat Sina, que se ha atribuido la mayoría de los atentados ocurridos en los últimos años en el país.
Las autoridades impusieron el toque de queda y un bloqueo informativo total en esta región del norte del Sinaí, e impiden a los medios de comunicación locales e internacionales acceder a esta zona. Desde diciembre de 2016, Egipto ha vivido una serie de atentados contra los cristianos coptos y el país se encuentra en estado de emergencia desde abril por los atentados contra dos iglesias coptas en el delta del Nilo.
LEA MÁS: