"Yo sí te creo". Con este lema, miles de españoles están apoyando en la calle y en redes sociales a la víctima de una presunta violación colectiva, ocurrida durante la fiesta de San Fermín, en Pamplona, en un caso que tiene a buena parte del país en vilo.
Cinco jóvenes sevillanos, de entre 27 y 29 años, son juzgados desde mediados de noviembre acusados de violar en grupo a una chica de 18 años durante las fiestas que cada año atraen a decenas de miles de turistas a esa ciudad del norte de España y que cuenta con un largo historial abusos y acosos sexuales.
Los hombres subieron a un vehículo a una chica, donde abusaron de ella y la llevaron hasta un sector en el que habría sido violada. Incluso grabaron parte de los hechos, acontecidos el 7 de julio de 2016. Al día siguiente fueron detenidos. Desde entonces, han estado en prisión preventiva.
La violación
Los detalles escabrosos de la actuación de La manada, el nombre que se daban los acusados en un grupo de WhatsApp, no han dejado de aparecer. A un guardia civil, que es quien conduce el coche, lo aclaman: "Qué habilidad conduciendo con una mano y con la otra cogiendo una teta atrás".
En el chat, el grupo presumía de sus actos ante los amigos que no participaron del viaje.
— Buenos días.
— Follándonos a una entre los 5.
— Jajaja.
— Todo lo que cuente es poco.
— Puta pasada de viaje.
— Hay video.
Según reconstruyó el juez, entre los cinco jóvenes retuvieron a la chica, que fue penetrada por varios de los presentes y obligada a realizar sexo oral. Uno de los miembros del grupo respondió en el chat ante los relatos: "Cabrones, os envidio. Esos son los viajes guapos".
La fiscalía ha pedido 22 años de prisión para los cinco, que niegan haber tenido una relación no consentida con la joven, y que solo reconocen haberle robado su teléfono móvil.
Agustín Martínez Becerra, abogado de varios de los acusados, aseguró que lo que se escucha en los videos grabados "no implica ni el consentimiento ni la interpretación contraria".
Sin embargo, los antecedentes del grupo son aplastantes. Algunos cuentan con otras denuncias de acoso o abuso, y en los chats previos al viaje, se especulaba, en tono que aseguran es humorístico, con la posibilidad de usar cloroformo o burundanga para dopar a mujeres.
Los mensajes posteriores a la detención en el grupo cambiaron rápidamente de tono. Escritos por miembros que no participaron del viaje, muestran el suspenso por la incertidumbre de no saber qué había pasado con sus amigos.
— Cinco detenidos por agresión sexual.
— No seréis ustedes ¿¿no??
— No serán ellos en serio (sic), ¿¿no??
— Se han follado a una entre 5, según dijo José Ángel.
— Y son 5 los detenidos por abusar de una tía de 19 años.
— Y tienen los móviles apagados.
— Esto va a ser como lo del loco que lo escuchamos y nos reíamos hasta que supimos que era él.
Minutos después, otro confirma: "Son ellos, tío".
El juez hace lugar a la investigación contra la víctima
Otro hecho que indignó a la opinión pública fue la decisión del juez de incluir en la instrucción la investigación de un detective privado sobre la vida de la denunciante.
A partir de ahí se ha extendido por redes sociales la fórmula "Yo sí te creo", que ha aparecido, incluso, en graffitis en Madrid y ha sido coreada en manifestaciones de miles de mujeres en diversos puntos de España.
No vamos a consentir que se minimicen los abusos sexuales más brutales cometidos contra nosotras con excusas baratas. Ahora mismo se está juzgando a 5 monstruos que hace un año y poco destrozaron la vida a una mujer de 18 años y #NosotrasLaCreemos #YoTeCreo pic.twitter.com/glbxIzPw96
— Paro de Mujeres CT (@ParoMujeresCt) November 16, 2017
Y es que "lo que pretende culpabilizar a la víctima de La Manada, sembrar dudas sobre su condición moral, es que se atreviera a salir a la calle, a tomar copas con sus amigas, después de haber sido violada, en lugar de quedarse en su casa con todas las persianas bajadas y la cabeza cubierta de ceniza", explicó indignada en la radio la escritora Almudena Grandes.
"Una víctima tiene derecho a intentar rehacer su vida y sobre todo a aparentar que no ha pasado nada", apuntó el abogado de la denunciante, Carlos Bacaicoa.
"Frente a la contundencia de los datos, todavía hay discursos que juzgan la veracidad de los hechos", comenta Laura Nuño Gómez, directora del Observatorio de Igualdad de Género en la Universidad Rey Juan Carlos, de Madrid.
Desde nuestros barrios también gritaremos en manada. Por un espacio más seguro para todas nosotras, únete a nuestra marcha nocturna el 24 de noviembre. Nosotras sí #SomosManada #FuenlaFeminista #YoTeCreo pic.twitter.com/JbtKqGwdqi
— Manada Fuenla (@manadafuenla) November 18, 2017
Rompiendo el silencio
"Es muy duro ser víctima de una violación y luego tener que pasar por todo esto; que te juzgue no solo un juez, sino que te esté juzgando la sociedad española completa", afirma a la AFP María Silvestre, socióloga en la Universidad Deusto, de Bilbao.
La avalancha de denuncias por presuntas agresiones sexuales iniciada en octubre en los Estados Unidos con el caso del productor cinematográfico Harvey Weinstein no ha tenido demasiado eco en España. Y es que el país, pionero en el combate contra el maltrato a las mujeres, ha estado acaparado por el conflicto político catalán.
No obstante, algunas han roto el silencio. En un artículo impactante, la periodista Ruth Toledano, de la publicación digital eldiario.es, describió en detalle la violación que sufrió por parte de un desconocido hace 20 años. "Yo cuento mi experiencia personal para dar testimonio de que nadie tiene la potestad de determinar cómo han de ser el comportamiento y la vida de una mujer libre, ni antes ni después de una violación", dijo Toledano.
(Con información de AFP)
LEA MÁS: