A María del Carmen García la agarró desprevenida. Estaba sentada en la parada del autobús cuando el violador de su hija se le acercó, así de la nada, y le preguntó con descaro y maldad: "¿Qué tal, señora? ¿Cómo está su hija?".
La mujer explotó y se dejó llevar por sus impulsos: compró una botella de gasolina en una estación de servicio, buscó al violador, lo encontró en un bar, lo roció con el combustible y le prendió fuego con un fósforo. "¡Maldito, maldito!", le gritó mientras al hombre lo devoraban las llamas.
El hecho ocurrió una mañana de junio de 2005, en el municipio español de Benejúzar, provincia de Alicante. Antonio Cosme, apodado "El Pincelito", murió dos días después por las graves quemaduras que sufrió.
En 1998, el hombre había violado a Verónica, la hija de María del Carmen, que en aquel entonces tenía 13 años. A la niña la había amenazado con una navaja. Si decía algo, gritaba o hacía cualquier movimiento, le cortaría el cuello.
Aquella mañana fatídica de 2005, Cosme, condenado por agresión sexual, disfrutada de un permiso penitenciario.
"No volvería a hacerlo, porque no merece la pena pasarlo tan mal como lo hemos pasado todos desde entonces. Pero es que además, yo no tenía intención de matarlo, y todo fue como una película, no era realmente consciente de lo que hacía", dijo la mujer.
María del Carmen fue apodada como la "madre coraje" por los medios españoles. Su caso revolucionó a su país y recibió un apoyo masivo por parte de la comunidad y de grupos feministas, a pesar de haber cometido un crimen.
Su juicio duró nueve años. En 2014 ingresó a prisión con una condena inicial de nueve años y medio, que luego fue reducida a cinco años y medio.
"Es muy duro estar allí dentro. Es un pozo sin fondo, aunque ya voy encontrando la salida. Tienes muchísimo tiempo para reflexionar, para pensar por qué pasó lo que pasó, imaginar cómo hubiera sido la vida si yo no me hubiera encontrado con ese hombre aquel día", dijo al diario español Las Provincias.
María del Carmen comenzó a salir de la prisión esta semana. Podrá cumplir parte de su pena en su hogar, junto a su familia, pero en las noches tendrá que volver a la cárcel a dormir. En el año 2018 cumplirá su condena.
"Hubiera preferido morirme yo a que la violaran a ella", dijo la "madre coraje", ya en su casa. Verónica la oye y estalla: "¡Madre! ¡No digas eso!".
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