El comandante de la fuerza Quds, rama en el extranjero del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria de Irán (IRGC), anunció este martes la derrota del grupo terrorista Estado Islámico (ISIS, en inglés) en Siria.
"Habiendo completado la liberación de Abu Kamal, el último bastión del ISIS en Siria, y habiendo arriado la bandera del grupo terrorista e izado la de Siria, declaro el fin de su control", señaló el mayor general Qassem Soleimani en una carta dirigida el líder supremo iraní, ayatolá Ali Khamenei, según consignó la agencia Fars.
El militar destacó el "rol decisivo" de los gobiernos de Siria e Irak, de las milicias chiitas Hashd al Shaabi y el grupo terrorista libanés Hezbollah en la derrota definitiva del ISIS.
También señaló el papel valioso que tuvo la República Islámica de Irán, "especialmente su presidente [Hassan Rouhani], el parlamento, el ministerio de defensa, el ejército y la policía", bajo el liderazgo del Khamenei y el clérigo chiita iraquí Ali Sistani.
Irán fue uno de los primeros países en intervenir directamente en la lucha contra el ISIS, y esto se materializó especialmente en el equipamiento y apoyo de las milicias Hashd al Shaabi, también conocidas como Fuerzas de Movilización Popular, en Irak y de Hezbollah en Siria.
También fue uno de los más férreos defensores de la dictadura del presidente sirio Bashar al Assad en su lucha contra los rebeldes que se levantaron en 2011.
En septiembre Soleimani había anunciado que el ISIS estaba dando "sus últimos alientos" y que desaparecería en poco tiempo.
"En tres meses vamos a declarar el final del ISIS y su dominio en este planeta y celebraremos la victoria en Irán y toda la región", había dicho.
El líder militar iraní también aprovechó para culpar a sus enemigos por los crímenes cometidos por el ISIS, "un tumor creado por Estados Unidos e Israel".
Desde el lanzamiento de su campaña de conquista en 2014, el ISIS, un grupo radical sunita, colocó entre sus principales blancos a los musulmanes chiitas, profundizando el conflicto interno dentro del islam.
Irán, de mayoría chiita, se movilizó en parte para contrarrestar estos ataques, aunque al mismo tiempo el régimen persa se valió de esta intervención para ampliar su influencia en Irak, Siria, Yemen y el Líbano, chocando en el proceso con su rival en la región, el reino de Arabia Saudita, de mayoría sunita.
El último año, el ISIS sufrió numerosas derrotas militares perdiendo las ciudades de Mosul, Raqqa y Deir Ezzor, además de numerosas localidades menores, que llevaron al colapso progresivo de su naciente estado.
A pesar del anuncio iraní y de la expulsión del grupo de los centros urbanos, los yihadistas aún combaten en regiones desérticas en Siria e Irak y las operaciones de limpieza de estos últimos focos continúan.
Por otro lado no hay indicios de que el ISIS esté por desaparecer como grupo terrorista clandestino, con la capacidad de continuar realizando ataques terroristas en todo el mundo.
Además, facciones afiliadas a los yihadistas aún siguen activas en Filipinas, Libia, Egipto y Nigeria.
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