El presidente Robert Mugabe rechazó de plano el jueves renunciar al poder que detenta desde hace 37 años en Zimbabwe, durante una reunión con los generales que tomaron el control de la capital, Harare.
Las conversaciones, que confirmó a la AFP una fuente cercana a los militares, se celebraron después de que los soldados bloquearan rutas clave, tomaran el control de la televisión estatal y detuvieran al veterano líder.
"Se reunieron hoy [jueves]. Rehusó dimitir, creo que intenta ganar tiempo", declaró dicha fuente bajo condición de anonimato.
En tanto, regresó al país el vicepresidente Emmerson Mnangagwa, quién había sido obligado a renunciar por Mugabe en un intento de allanar el camino de la primera dama Grace.
En imágenes del encuentro podía verse a Mugabe con chaqueta azul marino y pantalón gris junto al jefe del Estado Mayor, general Constantino Chiwenga, sonriente.
En la reunión también participaron dos ministros sudafricanos enviados por su presidente, Jacob Zuma, según un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores que no dio detalles sobre las discusiones.
El ejército salió a las calles en Harare unos días después de la destitución, la semana pasada, del vicepresidente, Emmerson Mnangagwa, de 75 años, militante histórico del combate por la independencia, cercano a los militares y presentado hasta ahora como su delfín.
Soldados y carros blindados están desplegados desde la mañana del miércoles en varios puntos estratégicos de la capital.
A pesar de las apariencias, los generales golpistas afirmaron que no tienen la intención de derrocar al gobierno.
"No se trata de una toma del gobierno por militares […] Nuestro objetivo son criminales del entorno" del presidente, declaró el general Sibusiso Moyo, portavoz de los golpistas, en un discurso el martes.
Los "criminales" no fueron nombrados pero aluden a los apoyos de la primera dama, Grace Mugabe, por parte de una franja del partido en el poder, la Zanu-PF.
La intervención de los militares podría poner fin al último régimen africano liderado por un "padre de la liberación", la generación de jefes nacidos surgidos con las luchas de independencia.
Mugabe, de 93 años, había anunciado su intención de presentarse a las elecciones presidenciales previstas en 2018.
Varias personalidades de la oposición salieron este jueves de su silencio para pedir la salida del jefe de Estado.
"En el interés del pueblo, Mugabe debe dimitir", dijo el líder opositor y ex primer ministro, Morgan Tsvangirai.
"Hace falta un acuerdo de transición sobre la recuperación económica y la reforma electoral", abundó la exvicepresidenta Joice Mujuru, destituida en 2014 por orden de Grace Mugabe.
Según analistas, los militares están determinados a salir rápidamente de la crisis.
"Quieren que Mugabe firme su dimisión lo más rápido posible", comentó a la AFP Knox Chitiyo, del centro de reflexión británico Chatham House. "A continuación quieren un presidente de transición, que probablemente sería Mnangagwa".
Las capitales extranjeras seguían de cerca este jueves la situación en Zimbabue.
"No aceptaremos jamás el golpe de Estado militar" en Zimbabwe, advirtió el jueves el jefe de Estado guineano, Alpha Condé, presidente en ejercicio de la Unión Africana (UA), quien exigió el "retorno al orden constitucional" en ese país.
El comisario para la Paz y la Seguridad de la UA, Smaïl Chergu, se mostró menos alarmista. "Mientras hablamos, el Parlamento sigue en funciones y sigue trabajando, no hay señales de violencia en el país", declaró en Washington.
"Apoyamos totalmente los esfuerzos de la SADC (Comunidad de Desarrollo de África Austral)", añadió.
Tras una reunión en Botsuana el jueves, la SADC, presidida por el presidente sudafricano Jacob Zuma, pidió a los protagonistas de la crisis "que solucionen los desafíos políticos por medios pacíficos", respetando la Constitución de Zimbabue.
Reino Unido, la ONU o la Unión Europea pidieron cautela a las partes y que se resuelva la situación a través del diálogo.
La situación fue recibida con calma por los habitantes de Harare, que siguieron trabajando y con sus ocupaciones diarias como si no pasara nada.
"Esperamos que Zimbabue sea mejor una vez que acabe la era Mugabe", confió a la AFP Tafadzwa Masango, desempleado de 35 años. "Nuestra situación económica se deteriora cada día, ya no hay empleos".
Zimbabwe cayó a principios de los años 2000 en una crisis económica y financiera catastrófica que alimenta la cólera de la población contra el régimen.
Con información de AFP
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