La decisión fue anunciada en las primeras horas del viernes por el Ministerio de Defensa Chino. Beijing y Moscú realizarán entre 11 y el 16 de diciembre un ejercicio conjunto de protección antimisiles, que será simulado por computadora.
"El operativo no está apuntado contra ninguna tercera parte", aclaró la cartera en el comunicado que difundió. El único objetivo sería practicar una respuesta coordinada ante "ataques provocativos y repentinos con misiles balísticos y crucero contra cualquiera de los dos países".
No obstante, la negación de que haya otra intención detrás no hace más que confirmar que efectivamente existe. El verdadero destinatario del ejercicio es Estados Unidos, con quien creció el malestar luego de que la administración de Donald Trump decidiera desplegar un poderoso sistema de protección antimisiles THAAD en el territorio de su máximo aliado en la región, Corea del Sur.
Los gobiernos de Xi Jinping y Vladimir Putin manifestaron su rechazo a esa iniciativa, que Washington y Seúl tomaron preventivamente ante la escalada del conflicto con Corea del Norte. El mayor temor de China es que los potentes radares con los que cuenta el sistema sean utilizados para realizar espionaje en su propio territorio.
El fortalecimiento de los lazos militares entre Beijing y Moscú viene desde hace algunos años. Al mismo tiempo que llaman a una solución negociada al conflicto en la península de Corea, pretenden convertirse en una barrera de contención ante el avance de la presencia y de la influencia estadounidense en la región.
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