Las tortugas cocodrilo mordedoras estaban al borde de la desaparición en un hábitat en el que habían proliferado en el pasado, los ríos que surcan el estado de Illinois entre los condados de Union y Jackson. La construcción de represas y el drenaje de los pantanos fue letal para ellas.
Por eso, había que remontarse hasta 1984 para encontrar un ejemplar salvaje y autóctono. Para evitar su extinción, científicos de la Universidad de Illinois decidieron hace algunos años regar el río Clear Creek con 90 tortugas de criadero de entre 2 y 6 años de edad.
Chris Phillips, herpetólogo de la Illinois Natural History Survey, reunió recientemente un equipo de investigadores para hacer un seguimiento de esos ejemplares, que pueden identificar con un transmisor adherido a su caparazón. Sin embargo, al adentrarse en las profundidades del río, se encontró con algo completamente inesperado.
Al revisar la primera tortuga que divisó, se dio cuenta de que no tenía ningún transmisor. La razón es que era completamente autóctona y salvaje. Era hembra y tenía unos 18 años.
El descubrimiento abre la esperanza de la salvación de la especie. Pero no hay que apresurarse. "Encontrar a este individuo no indica que haya una población estable y funcional de tortugas cocodrilo salvajes en el sur de Illinois. Cuando una población muere, una sola tortuga puede deambular como un zombi esperando el fin de sus días", explicó Ethan Kessler, estudiante graduado de recursos naturales y ciencias ambientales de la Universidad de Illinois, y miembro del equipo.
Lo paradójico de este trabajo, es que pasa completamente desapercibido, porque estos animales viven en lo profundo del río. "Si tenemos éxito con nuestro proyecto de introducir una nueva población viable de tortugas cocodrilo, es probable que nadie las vea. No es como si estuviéramos estudiando águilas calvas que se elevan sobre nosotros. Puede que nunca sepa el destino de estas tortugas, pero es genial saber que este espacio salvaje existe en Illinois", concluyó Phillips.
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