Las muertes por terrorismo decrecieron el año pasado en el mundo por segundo año consecutivo, en parte gracias a una reducción del 33% de las víctimas mortales en Siria, Pakistán, Afganistán y Nigeria, según un informe divulgado este miércoles por el Instituto para la Economía y la Paz (IEP).
En 2016 se registraron 25.673 muertes por atentados terroristas en el mundo, un 21% menos de los 32.685 fallecidos en 2014 -cuando se alcanzó un máximo en las cifras tras cuatro años de incrementos- y un 13% menos respecto a 2015.
"Estamos viendo una tendencia enormemente positiva a nivel global. Creemos que es un potencial punto de inflexión en la lucha contra el terrorismo", afirmó el director de Investigación del IEP, Daniel Hyslop, que resaltó el retroceso del extremismo radical islamista.
El informe también halló que, aunque la cantidad mundial de muertes y ataques tuvo una disminución en 2016, todavía hay tendencias inquietantes, ya que más países que en cualquier otro momento de los últimos 17 años sufrieron por lo menos una muerte causada por el terrorismo.
En total 77 países sufrieron por lo menos una muerte causada por el terrorismo, más que los 65 de 2016, dando lugar a que la puntuación general del GTI, que mide el impacto del terrorismo, se deteriorara el 4% con respecto a 2015.
Los 10 países más afectados:
1. Irak (puntaje: 10)
2. Afganistán (9.441)
3. Nigeria (9.009)
4. Siria (8.621)
5. Pakistán (8.4)
6. Yemen (7.877)
7. Somalia (7.654)
8. India (7.534)
9. Turquía (7.519)
10. Libia (7.256)
Francia figura en el puesto 23, mientras que el primer país latinoamericano en la lista es Colombia (29). A su vez, Estados Unidos ocupa el casillero 32, un puesto abajo de China y uno por encima de Rusia.
Según el informe, Costa Rica, Cuba, Corea del Norte y El Salvador, entre otros países, tuvieron un puntaje de 0.
En tanto, la mayor disminución del impacto del terrorismo se registró en Nigeria, donde las muertes atribuidas al grupo Boko Haram cayeron un 80 por ciento en 2016 respecto al año anterior, mientras que Irak es el único de los cinco países más afectados donde ha empeorado la situación, debido al impacto del Estado Islámico.
El grupo yihadista incrementó el año pasado sus ataques suicidas y los asaltos sobre civiles en un intento "desesperado" de compensar las pérdidas territoriales que estaba sufriendo en Irak, describió Hyslop.
A pesar de que el ISIS "está cerca de su derrota militar completa", el investigador subrayó que la situación en Irak "continúa siendo muy fluida", por lo que resulta difícil aventurar si las cifras del próximo año reflejarán un descenso en el número de víctimas por ataques terroristas en el país.
En Afganistán se han producido menos ataques terroristas, si bien Hyslop advierte de que ese cambio puede deberse a que los talibanes han logrado un mayor control militar en el campo de batalla convencional.
Pakistán también ha visto cómo decaían los ataques de los talibanes, en parte gracias a que los servicios de seguridad del país han logrado ser "más efectivos" al interceptar planes terroristas.
El informe del Instituto para la Economía y la Paz constata que el aumento de la capacidad de las fuerzas de seguridad para prevenir ataques es una tendencia a nivel mundial, especialmente en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Según las cifras el informe, en esos países se logró frustrar el 19% de los ataques en 2015, mientras que en 2016 se desactivó el 35% de los planes para atentar.
Por ello, los grupos terroristas han optado por ejecutar acciones menos complejas y a un aumento de las actuaciones perpetradas por "lobos solitarios".
El documento completo:
"En Europa y en Estados Unidos existe la tendencia al alza de ataques que involucran coches, camiones y cuchillos. Es algo preocupante, dado que ese tipo de ataques están generalmente orientados contra los civiles", apuntó Hyslop.
Los atentados contra civiles se incrementaron un 17% a nivel global en el último año, mientras que en la zona de la OCDE los atentados cometidos por un único individuo han pasado de tan solo uno en 2008 a 56 en 2016.
"Esto es en parte una consecuencia del éxito de las fuerzas de seguridad. Los atentados que se logran frustrar son normalmente complejos y sofisticados", apuntó el investigador.
(Con información de EFE)
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